El valor de las acciones de Grupo Cementos de Chihuahua se considera de bajo desempeño según el principal indicador accionario de la Bolsa Mexicana de Valores. El decremento ha llegado al 7.21% por unidad bajando el precio desde los 109.44 pesos a 101.55 pesos por unidad en la primera semana de abril 2019. (2019, 14 abril) Tendencias y Señales. El Economista.

 

Esta caída en el valor de los títulos de GCC se debe a una serie de factores que tendría que atender a la brevedad: Grupo Cementos de Chihuahua (GCC) presentó un mal reporte financiero al último trimestre del 2018, afectado por un débil desempeño en Estados Unidos, de igual forma el que una corte federal en Colorado, ratificó el fallo que obliga a GCC a pagar 36 millones de dólares a su ex socia boliviana Compañía de Inversiones Mercantiles (CIMSA) más un interés anual, este último desde abril de 2015, fecha en que el Tribunal de la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC) emitió el fallo a favor de CIMSA.

 

El Grupo Cementos de Chihuahua pretendía litigar esta diferencia en Bolivia, país en el que Samuel Doria, dueño de CIMSA, ha contendido con Evo Morales por la presidencia de la República como un fuerte opositor, lo cual ubicaba al empresario boliviano en franca desventaja debido a las diferencias políticas. “Hemos estado varios años en este tema, llegamos a la conclusión que en Bolivia podía durar 20 años el tema y no nos iban a pagar”, señala Samuel Doria.

 

Los problemas de Cementos de Chihuahua han sido una constante, desde la violación al convenio comercial con CIMSA, que derivó en el laudo arbitral que pierde GCC en Nueva York, hasta la confirmación de sentencia en su contra por una corte federal en Colorado; Cementos de Chihuahua tiene muy descontentos a sus accionistas.

 

En 2016 se ofreció como proveedora de cemento para la construcción del muro de Donald Trump, propuesta que enfureció a mexicanos en ambos lados de la frontera.

 

GCC es también conocida porque sus altos ejecutivos fueron parte del selecto grupo que ayudó a descarrilar la candidatura de AMLO en 2006, promoviendo la idea de que López Obrador era un peligro para México.

 

El gran compromiso ético que dicen tener no se ha visto reflejado en la realidad, ya que ahora, después de un largo litigio de cerca de 8 años, un Tribunal de Distrito de Estados Unidos confirma el laudo arbitral de la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial y condena a GCC a pagar a CIMSA, su anterior socia en Bolivia, 36 millones de dólares más intereses por incumplimiento de acuerdos.

 

Sin embargo, un Tribunal de Distrito de Colorado, Estados Unidos, ratificó la sentencia de la Comisión de Arbitraje, en virtud de que fue en ese país donde se llevaron a cabo las transacciones de la sociedad, que la empresa mexicana pretende omitir.

 

Al respecto Samuel Doria comenta: “En 2005 empezamos a buscar otro socio de tamaño serio y fue así que contactamos a GCC de México, después de varias pláticas llegamos a un acuerdo y ellos entraron como accionistas los últimos meses de ese año”.

 

CIMSA ha entregado en tiempo y forma toda la documentación que le ha sido requerida, mientras Grupo Cementos de Chihuahua ha caído en actos inconstitucionales como el que en algún momento los abogados de la cementera pretendieron imponer en un marco supuestamente legal, al utilizar un “decreto constitucional” que no existe en la carta magna con el fin de dar fin a la deuda.

 

Este litigio se originó cuando, hace ocho años, la empresa mexicana informó a CIMSA la decisión de vender sus acciones, equivalentes al 47 por ciento de participación. “Federico Terrazas (Director General de Grupo cementos de Chihuahua) me contactó y yo fui a Houston, nos reunimos en el hotel del aeropuerto de Houston y hablamos de que nosotros íbamos a comprar su parte, que había que ver la forma en la que se había que financiar, pero lastimosamente ellos habían estado ya negociando paralelamente con un competidor nuestro, con una empresa peruana”, explica Samuel Doria.

 

CIMSA le entregó una propuesta de compra dado que el acuerdo de transferencia de acciones a terceros establecía que, antes que a cualquier otro posible comprador, la parte vendedora ofrecería a su socio el porcentaje correspondiente. No obstante, el Grupo Cementos de Chihuahua incumplió con este acuerdo y vendió a Consorcio Cemento del Sur, empresa peruana, sin siquiera consultar a CIMSA y sin tomar en cuenta la oferta económica de su contraparte. Ocho años ha durado este juicio que, al parecer, está llegando a su fin, con un futuro nada halagador para Grupo Cementos de Chihuahua.

 

 

TFA