Foto: @CasaRivasM/Twitter Bajo la guía de su padre, se educó en un ambiente cultural; desde niña aprendió música, danza y otras artes  

Un suicidio en la Catedral de Notre Dame de París inundó los periódicos parisinos en febrero de 1931, cuando Antonieta Rivas Mercado se dio un tiro en el corazón y puso fin a su corta pero productiva vida dedicada al impulso de las artes.

 

Permaneció sepultada en un cementerio de Francia hasta que finalizó la concesión de su tumba y como nadie se ocupó de sus restos, fue enviada a la fosa común.

 

Esta apasionada mujer nació en Ciudad de México en 1900. Fue hija del famoso arquitecto y escultor Antonio Rivas Mercado, entre cuyas obras destacan la construcción de la Columna de la Independencia o Ángel de la Independencia.

 

Bajo la guía de su padre, se educó en un ambiente cultural; desde niña aprendió música, danza y otras artes, aunque su vida privada estuvo marcada por una serie de desventuras que la orillaron al suicidio.

 

Como un divorcio muy complicado en el que perdió la custodia de su único hijo, por quien nunca dejó de pelear en los tribunales; destruida además por la temprana muerte de su padre; enfrentada a una sociedad que negaba a las mujeres a desarrollarse en todos los ámbitos.

 

Más tarde, Rivas Mercado invirtió gran parte de su herencia que le dejó su padre en financiar la música, el teatro y la pintura que cultivaban artistas como Carlos Chávez y Miguel Rodríguez Lozano, entre otros.

 

En 1929 conoció a José Vasconcelos, apasionado filósofo y educador que se había lanzado como candidato presidencial en contra del recién nacido partido oficial y que exigía la instauración de aquel orden democrático soñado por Francisco I. Madero.

 

Antes de las elecciones en las que Vasconcelos sería derrotado por el partido oficial, Antonieta, enfermó y tuvo que salir del país.

 

Más de un año luchó contra las afecciones que habían puesto fin a su infatigable actividad, sumado a la larga serie de desventuras que le afligían como la derrota de su pareja José Vasconcelos y a los desencantos que complicaban su relación con él, se quitó la vida con una pistola del propio Vasconcelos, quien en su momento rechazó el arma que la policía francesa quería regresarle.

 

DAMG