El general de brigada Alberto Bachelet fue detenido por sus compañeros militares acusado de traición a la patria. Su culpa: apoyar el gobierno de Salvador Allende y resistirse al derrocamiento del compañero Presidente en Chile. Eran los primeros días de la dictadura de Augusto Pinochet.

Finalmente, y como consecuencia de las torturas recibidas, muere en una cárcel de Santiago. Poco tiempo después, su esposa e hija también fueron detenidas y torturadas por la DINA, la Policía política de Pinochet. Liberadas semanas después, tomaron camino al exilio, como muchas otras víctimas de la dictadura chilena.

Restaurada la democracia, Michelle Bachelet, la hija de aquel militar que se opuso al derrocamiento de Allende, regresó a su país para ser ministra de Salud en los primeros años de este siglo. Posteriormente, en el gobierno de Ricardo Lagos, fue la primera mujer en ocupar el cargo de ministra de Defensa, pero también fue electa Presidenta de su país en dos ocasiones. Ahora, la hija del general Bachelet es la primera mujer latinoamericana en ocupar el cargo de alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Michelle Bachelet llegó a México los primeros días de abril, en una gira de trabajo que concluyó ayer con la firma de un acuerdo con el gobierno del Presidente, Andrés Manuel López Obrador, por el que la oficina de la alta comisionada brindará asesoría técnica en materia de derechos humanos a la Guardia Nacional, institución creada a partir de las recientes reformas a la Carta Magna.

Las cartas credenciales de la ex Presidenta de Chile acreditan suficientemente su experiencia para apoyar a nuestro país en la conformación de la institución que tiene como encomienda restaurar la paz. Es una mujer que enfrentó duras críticas por las reformas que implementó durante su mandato, y las sacó adelante. Eso habla bien de ella.

Corresponde ahora a la Cámara de Diputados elaborar las leyes secundarias que den forma a los principios y fundamentos por los que se ha de regir la Guardia Nacional, centrando los debates en los temas fundamentales que deben guiar su actuar con estricto apego a la ley y con respeto a los derechos humanos, contando con el apoyo de la alta comisionada.

Finalmente, la seguridad de personas y bienes de los mexicanos es lo que debe animar la conformación de una institución que, antes de su creación, ha tenido fuertes resistencias y críticas. Esperemos que ahora tome nuevos cursos y se pueda reintegrar la paz.