Apostar para que a México le vaya bien, no es simple retórica, es una real convicción. Por eso considero que, pese al actual ambiente de crispación y polarización política, es factible arribar a acuerdos y consensos con el fin de llevar a buen puerto una agenda positiva para el país.

No es benéfico para nadie que los temas de la agenda nacional sigan siendo una economía que no crece, fenómenos de corrupción que quedan impunes, la violencia en crecimiento que deja muertos, desaparecidos, heridos, familias fragmentadas o la desigualdad ancestral.

Me parece que nos encontramos en el momento propicio para hacer un examen adecuado de los nuevos rumbos que debe tomar el país. Darle una oportunidad a la política en el mejor sentido del término, ésa que es verdaderamente productiva para los ciudadanos y la sociedad. Para llegar a eso se hace necesario la negociación y el consenso, y es ahí en donde el Congreso de la Unión toma su papel relevante, como un espacio natural para la construcción de acuerdos.

Lograr la estabilidad y gobernabilidad democrática implica la suma de voluntades de todas las fuerzas políticas del país. Abonar al conflicto y la guerra de descalificaciones en nada contribuye a sanear el ambiente que propicie los encuentros.

Finalmente, y los ejemplos en el mundo son muchos, gobernar implica construir consensos, lo que no implica abandonar banderas o traicionar principios. Al contrario, eso habla de una justa convicción democrática.

Cierto es que en México hubo un período en donde se distorsionó el sentido positivo del término, pero eso ha quedado para la historia negra del país. Toca ahora recobrar su verdadera valía.

Es lamentable, pero tenemos que asumir con toda responsabilidad que seguimos debatiendo la misma agenda de rezagos desde hace 20 años, con su fuerte carga acumulativa en inseguridad, pobreza, falta de oportunidades, una marcada desigualdad.

A México le urge un cambio de rumbo. Este país requiere un consenso nacional en contra de la inseguridad, de intolerancia contra la marginación y la pobreza, de repudio a la desigualdad. Pero principalmente, un acuerdo en favor de mejores estadios de vida para los mexicanos.

LEG