Sin resolver los problemas de cárteles nacionales ya instalados aquí, sin una estrategia para combatir a las pandillas que se mueven en la zona sin problemas y con cuerpos de seguridad creados para incidentes viales y no para bandas criminales, la inseguridad en el Valle de México sigue aumentando.

De manera independiente al hecho de que la Guardia Nacional en el Valle y la existencia de brigadas especiales de Policía militar, las Policías Preventivas de la Ciudad de México y Estado de México se han quedado, por decir lo menos, estancadas. Los responsables parecen más preocupados por reglamentos de tránsito que por cuerpos especiales para la real prevención del delito.

Al calor de la reformulación de la estrategia de seguridad en la República, los gobernantes y responsables de seguridad en el Valle de México hasta ahora no han optado –o no se sabe, que es lo mismo- por especializar a brigadas especiales de Policía en técnicas de seguridad con rasgos der inteligencia.

La delincuencia al menudeo en el Valle de México va a ser difícil de erradicar; mayor presencia en calles ayudará a inhibir a pandillas o asaltantes, pero no contribuirá al desmantelamiento desde la raíz. No falta mucho para que los grandes cárteles del narco, la delincuencia organizada, el huachicol, el lavado de dinero y otras especialidades comiencen a patrocinar a los delincuentes al menudeo y entonces la Zona Metropolitana estará a merced de los delincuentes.

Hasta ahora no existe un mapa de seguridad estratégica, pero se han identificado zonas y algunas pandillas; aumentan las sospechas de que funcionarios de alcaldías han permitido la expansión y las acciones de seguridad han sido reactivas.

Capacitación, perfil de nuevos agentes de seguridad preventiva e inversión en recursos para limpiar las Policías son urgentes. Y la respuesta la tienen el gobernador Alfredo del Mazo y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

Zona Zero

El promotor del nado Nelson Vargas publicó ayer en su artículo en El Universal un intento de extorsión telefónica, a más de 11 años en que su hija Silvia fue secuestrada y asesinada y sólo hay un delincuente sentenciado. Las cosas están peor porque siguen igual y con promesas incumplidas y autoridades sin capacidad para resolver el delito de la extorsión.

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