El complejo penitenciario Islas Marías que hasta el 8 de marzo alojaba a 652 Personas Privadas de su Libertad (PPL) luce desolado, con construcciones inconclusas y destrozos que dejó el huracán Willa el 23 de octubre de 2018.

Los custodios –que abandonarán en unos días la zona para ser reubicados a otros Centros de Reinserción Social– afirman que es tirar a la basura uno de los mejores penales que les daba trato digno a sus internos, además de realizar actividades al aire libre.

En un recorrido realizado por 24 HORAS se constató que la vigilancia todavía se realiza a los trabajadores, quienes pasan por varios filtros que inician desde el muelle de la Zona Naval Militar en Mazatlán, Sinaloa, para abordar el buque con ayuda de binomios caninos.

Dicha embarcación conduce al muelle del puerto Balleto en la Isla María Madre del Archipiélago Islas Marías, con una duración de siete horas. Al descender, se efectúa otras dos inspecciones que consisten en dejar las malteas en el piso para que sea revisadas por personal de la isla, y después se acude al módulo de aduanas, donde nuevamente son comprueban las pertenecías y la persona para abordar el autobús que lleva a uno de los Ceferesos.

Los internos de la prisión Morelos estaban en estancias con una capacidad para 17 personas y pernoctaban en literas de tres niveles con base de cemento, compartían un baño y una regadera.

En Laguna del Toro se encuentra el módulo de alta seguridad (C-3) con una capacidad para 512 personas; hasta el 8 de marzo tenían 19 reclusos. Ahí permanecían alrededor de 45 días aproximadamente, tiempo en el que tardaban en evaluarlos

El oficial Francisco Martínez recordó que los PPL estaban por clasificación, para la cual los médicos, criminólogos y psicólogos llevaban a cabo estudios para analizar a qué Cefereso serían enviados dentro del complejo penitenciario.

Uno de los efectivos recordó que había una interacción entre custodios con internos. “El concepto que tenían muchas personas de la isla era totalmente diferente a la realidad, la mayoría de los PPL se sentían muy bien aquí, no es lo mismo estar encerrado y hacinado, tenían todo, se les daba uniformes, alimentos, así como sus (enseres) higiénicos, no gastaban ni un peso”.

LEG