Foto: Reuters Raisi se desempeñó como fiscal general de Irán y, hasta su nombramiento al frente del Poder Judicial, fue el principal custodio de Astan Quds Razavi, la organización que administra los asuntos del Santuario de Iman Reza, el octavo Shia Iman, según informó la televisora estatal Press Tv  

El nombramiento del clérigo de línea dura Ebrahim Raisi como jefe del Poder Judicial de Irán suscitó de inmediato críticas, debido a que el funcionario es señalado de graves violaciones a los derechos humanos perpetradas hace tres décadas.

 

Human Rights Watch (HRW) aseguró que el poner a Raisi a la cabeza de la justicia iraní refleja el deterioro de la situación de los derechos humanos en la república islámica, ya que él formó parte de un comité de cuatro personas que ordenó y supervisó la ejecución de miles de presos políticos en 1988.

 

El líder supremo de Irán, el gran ayatolá Ali Jamenei, emitió un decreto en el que nombró a Raisi, un veterano funcionario judicial, como nuevo jefe de la Judicatura, en reemplazo del ayatolá Sadeq Amoli Larijani, quien permaneció en el cargo durante nueve años.

 

En su decreto, emitido la víspera y reproducido por los medios de comunicación oficiales, el líder supremo de la Revolución Islámica citó el conocimiento, la experiencia y la eficiencia que Raisi demostró en varios momentos, así como su largo servicio en el Poder Judicial del país, como base de su decisión.

 

Raisi se desempeñó como fiscal general de Irán y, hasta su nombramiento al frente del Poder Judicial, fue el principal custodio de Astan Quds Razavi, la organización que administra los asuntos del Santuario de Iman Reza, el octavo Shia Iman, según informó la televisora estatal Press Tv.

 

“Es inquietante y francamente aterrador que Ebrahim Raisi esté supervisando la justicia y la rendición de cuentas en irán”, declaró Sarah Leah Whitson, directora de Medio Oriente y África del Norte de HRW, y añadió que “Raisi debe ser investigado por delitos graves, en lugar de investigarlos”.

 

La organización refirió que durante el verano de 1988 las autoridades iraníes ejecutaron extrajudicialmente a miles de presos, la mayoría de los cuales cumplía penas de prisión por sus actividades políticas, condenados en juicios injustos conducidos por tribunales revolucionarios.

 

Aunque las autoridades iraníes nunca han reconocido estas ejecuciones, en agosto de 2016 se filtró una grabación de audio en la que el ayatolá Hussein Ali Montazeri, entonces adjunto de Jamenei, conversaba sobre esas ejecuciones con cuatro personas, incluido Raisi.

 

HRW señaló también que Raisi ha tenido una larga carrera en el Poder Judicial de Irán, una institución que no ha actuado con independencia del gobierno y ha cometido repetidos abusos contra los ciudadanos a quienes debería defender.

 

“No hay justificación para designar a una persona acusada de supervisar ejecuciones masivas arbitrarias para que dirija el poder judicial”, dijo Whitson y añadió que su nombramiento es un recordatorio del fracaso de Irán en procesar a los abusadores de los derechos”.

 

Por separado, el portavoz del Departamento estadunidense de Estado, Robert Paladino, fustigó que el nuevo titular de la judicatura iraní está “involucrado en ejecuciones masivas de presos políticos”, “qué desgracia!”, añadió al comentar sobre el nombramiento en su cuenta de Twitter.

 

Para Paladino, el liderazgo iraní “se burla del proceso legal al permitir juicios injustos y condiciones inhumanas de prisión. Los iraníes merecen algo mejor”.

 

 

jhs