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En un espectáculo sin precedente, los vehículos fifís, que sin pudor alguno utilizaron los ex presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, a diario, fueron subastados en la base aérea de Santa Lucía.
Desde las motocicletas que en más de una ocasión detenían el tránsito en avenidas concurridas para permitir el paso del convoy presidencial, hasta la denominada Bestia mexicana, bautizada así en alusión al automóvil utilizado por los Presidentes de Estados Unidos, fueron vendidos al mejor postor, en apenas un 20 por ciento de su valor real.
Con la subasta, la denominada Cuarta transformación dijo adiós a una cara del despilfarro que protagonizaron los anteriores gobiernos, quienes sin importar las necesidades de los mexicanos, gastaron 9 millones y medio de pesos en un Audi con el mayor nivel de blindaje y tecnología de punta, el cual fue vendido en apenas, un millón 900 mil pesos.
Además la camioneta Suburban presidencial, con nivel de blindaje siete plus, cuyo costo, de acuerdo al comprador, fue de 5 millones y medio, se vendió en tan sólo un millón 600 mil pesos, lo que deja ver que no hubo gran ganancia.
De los 218 vehículos ofertados, 196 fueron comprados, entre ellos camionetas Tahoe con valor de 235 mil pesos, un tracto camión cuyo precio final fue de 370 mil pesos y un remolque en 82 mil pesos, lo que permitió obtener una ganancia total de 60 millones de pesos.
Sin embargo, las camionetas machuchonas, las negras que veíamos pasar en convoy, permanecerán guardadas, pues para ellas no hubo compradores.
Con una subasta que recaudó 40 millones de pesos menos de lo que esperaba el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, todo indica que los negocios no son el fuerte de la cuarta transformación.
Recordemos las deudas que, de diciembre a la fecha, ha generado el nuevo gobierno: por un lado, la cancelación del aeropuerto en Texcoco por el que tendremos que pagar más de 120 mil millones de pesos; por otro lado, el gasto imprevisto de mil 615 millones de pesos por la compra de 571 pipas para el traslado de combustible.
Hay que reconocer que vender los vehículos de super lujo que por décadas sirvieron para alejar a los ciudadanos de los gobernantes, ha sido un acierto del gobierno federal; sin embargo no es suficiente para solventar las deudas contraídas por las decisiones de la cuarta transformación, sin contar los cientos de trabajos perdidos por huelgas y salida de capitales.
Y en pregunta sin ofensa:
Hablando de negocios: ¿El beisbol, deporte favorito del Presidente, dejará la derrama de casi 20 mil millones de pesos que dejaba la Fórmula 1 en nuestro país?
TFA