Desesperadas, tras la dura separación de sus hijos cuando intentaban salvar sus vidas pidiendo asilo en Estados Unidos, familias centroamericanas ingresaron este sábado a ese país desde las ciudades fronterizas mexicanas Mexicali y Calexico para buscar la reunificación.
Acompañados de abogados de la organización “Al otro Lado”, que les ayudó a llegar nuevamente a la frontera entre México y Estados Unidos desde sus países de origen, comenzaron a ingresar a suelo estadounidense visiblemente nerviosos cargando maletas y algunos de la mano de sus hijos, según testigos de Reuters.
No estaba claro si a partir de hoy ellos comenzarían la batalla legal en ese país o tendrán que volver a México mientras se desarrollan sus casos como parte de la nueva estrategia del presidente Donald Trump para los solicitantes de asilo.
“Para nosotros ha sido muy difícil, fue inhumano (la separación) porque ningún padre ni madre quiere separarse de sus hijos. No debería ser así”, dijo Ernesto Ortega, un guatemalteco que desde el año pasado busca reunirse con su hijo.
El año pasado, más de 2,300 niños migrantes fueron separados de sus padres después de que el gobierno de Trump implementó en mayo una política de “cero tolerancia”, que buscaba enjunciar a los adultos que cruzaran la frontera sin documentos, aunque la medida fue desechada meses después.
“Estamos esperando aquí en Mexicali, llegamos desde muy temprano. Dios quiera y podamos ver nuestros casos”, dijo angustiado Joe Arteaga, poco antes de ingresar a Estados Unidos. “Sé que es un gran riesgo, pero esperamos lo mejor”, agregó el hondureño que el año pasado fue separado de su hijo.
Tras la polémica separación, criticada fuertemente por organismos de derechos humanos en el mundo, activistas de protección a migrantes comenzaron a seguir los casos hasta lograr reunir a las familias afectadas en Tijuana para que pudieran llevar sus casos a una corte en Estados Unidos.
“LO HICIMOS!!!! Todos los padres están siendo procesados por @CBP !!!! Gracias a los oficiales profesionales y humanitarios que los aceptaron hoy y a todos los que vinieron a apoyar”, publicó en su cuenta de Twitter “Al otro lado”.
Familias entrevistadas por Reuters la semana pasada en Tijuana aseguran que en algunos casos fueron sorpresivas las separaciones ya que mientras los padres eran llamados ante oficiales migratorios, sus hijos estaban siendo trasladados incluso a otras ciudades de Estados Unidos.
“A diario veía a mi hijo por una malla… Un día esperando verlo ahí me dijo llorando ‘papá te van a deportar’ (…) ese mismo día me llamaron los oficiales, una abogada defensora dijo algo en inglés que no entendí y ya no volví a ver a mi hijo”, dijo Arnold Flores, un hondureño quien salió huyendo de su país después de ser golpeado y quemada su casa por razones políticas.
fahl