Foto: Reuters Autoridades indias informaron que una mujer y sus dos hijos murieron cuando un proyectil paquistaní impactó su vivienda en la localidad de Poonch, cerca de la Línea de Control que divide el territorio de Cachemira entre las dos naciones, mientras que el padre resultó gravemente herido  

Al menos seis civiles y dos soldados paquistaníes murieron al reanudarse los bombardeos en la región fronteriza de Cachemira, después de que Pakistán entregara a un piloto indio que había capturado para reducir las tensiones que surgieron esta semana entre los dos países.

 

Soldados indios y paquistaníes volvieron a combatir en la frontera del territorio en disputa desde anoche y hasta la mañana de este sábado, lo que amenaza con reavivar el enfrentamiento que estalló a principios de esta semana.

 

Autoridades indias informaron que una mujer y sus dos hijos murieron cuando un proyectil paquistaní impactó su vivienda en la localidad de Poonch, cerca de la Línea de Control que divide el territorio de Cachemira entre las dos naciones, mientras que el padre resultó gravemente herido.

 

Del lado paquistaní, dos hombres y un niño perdieron la vida por bombardeos indios en el poblado de Nakiyal, en tanto que otro adulto sufrió lesiones en un ataque en el área de Tatta Pani, informaron autoridades locales.

 

Por su parte, el Ejército de Pakistán informó que dos de sus soldados murieron en “un intercambio de disparos” mientras atacaban puestos de las fuerzas indias que “disparaban a la población civil” en Nayikal.

 

Fuentes de ambos países se acusaron mutuamente de haber comenzado los enfrentamientos desde la noche del viernes, cuando realizaban operaciones de rutina, y dijeron que sus tropas solo respondieron a las agresiones.

 

También ambos gobiernos se responsabilizaron uno al otro de violar el acuerdo del alto al fuego firmado en 2003, de acuerdo con reportes de prensa indios y paquistaníes.

 

Las tensiones resurgieron el pasado martes, cuando aviones de combate de India dispararon contra territorio de Pakistán contra presuntas milicias a las que acusa de un ataque suicida que mató a 40 soldados indios el pasado 14 de febrero.

 

En represalia, Pakistán derribó a un avión de combate indio el miércoles y capturó al piloto Abhinandan Varthaman, aunque la víspera lo entregó a India como “un gesto de paz” y aclaró que había sido tratado “con dignidad”.

 

jhs