Después de que se diera a conocer la historia de que el Gobierno de Salta, Argentina, obligará a una niña, de 12 años, a dar a luz tras haber sido violada; otro caso se dio al sur del país, en el municipio de Tucumán.

 

Según informes, una menor de 11 años que sufrió abuso sexual por parte de la pareja de su abuela dio a luz a un bebé de 600 gramos, a pesar de que los familiares insistieran durante un mes que los médicos pusieran fin al embarazo.

 

El gobierno rechazó la solicitud y por la noche de este martes, la menor fue sometida a una cesárea en un hospital público a las 23 semanas de gestación.

 

El 29 de enero, la niña llegó junto a su madre al hospital Eva Perón de Tucumán tras presentar un dolor estomacal, después de un chequeó por parte de los médicos se dieron cuentan que la niña contaba con 19 semanas de embarazo.

 

La menor confesó que el novio de su abuela la había violado, por lo que la menor y su madre pidieron la aplicación legal que permite la interrupción legal del embarazo (ILE) en menores violadas o cuando se presenta un riesgo para la madre.

 

La ley pudo haberse aplicado en la menor, pero distintas agrupaciones feministas denunciaron que el gobierno retrasó todo lo que pudo la decisión hasta que la salud de la menor hizo inevitable la cesárea.

 

El secretario de Salud de Tucumán, Gustavo Vigliocco, mencionó que acompañó a la menor y su madre durante todo el proceso, y aseguró que la niña nunca quiso interrumpir su embarazo.

 

Un medio argentino publicó una declaración judicial de la menor, en la que comenta: “Quiero que me saquen esto que me puso adentro el viejo”.

 

Los informes indican que la niña fue violada por la pareja sentimental de su abuela, quien la tenía a su cuidado bajo una orden judicial.

 

El día del parto, Cecilia Ousset, ginecóloga del hospital que intervino a la niña junto a su esposo, el médico José Gigena, mencionó: “Entre a la habitación y me encontré con una nena jugando con muñecas arriba de la cama”.

 

“Me llamaron esa misma mañana pero dije que no porque soy objetora. Decidí acompañar a mi marido.. sabíamos que nos íbamos a encontrar con una imagen que nos iba a golpear mucho”, explicó para un portal de noticias locales.

 

Ousset expresó que el estado de salud de la menor se encontraba delicado, sufría hipertensión, y las semanas de embarazo hacían muy peligroso realizar el aborto, por lo que decidieron practicar una cesárea.

 

“Era más riesgoso continuar con el embarazo que hacer la cirugía. Si no interrumpíamos el embarazo esta nena se moría”, aseguró.

 

“Ella ingresó el 29 de enero y no debería haber habido ninguna duda en la aplicación de la ILE. No queremos que esto vuelva a suceder, que se torture de esta manera a otra niña en Tucumán”, finalizó.

dpc