Los cubanos acudieron ayer a las urnas a votar un referendo constitucional que podría dar paso a algunos cambios en su estructura económica y social, aunque mantiene inamovible el sistema socialista de partido único.

La Comisión Electoral Nacional reportó que el 74 por ciento de los 8,6 millones de cubanos registrados habían ejercido su derecho a votar en las 15 provincias del país.

La nueva Constitución de Cuba reemplazará a la Carta Magna de 1976, aprobada con un 97,7 por ciento de los 5,6 millones de votantes registrados. Expertos consideran que el texto será aprobado, aunque no con una mayoría tan amplia.

El debate sobre la Constitución ha dominado la vida política de Cuba en los últimos meses, mientras el país lucha por levantar su frágil economía ante un escenario adverso por el embargo comercial.

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, criticó en su cuenta de Twitter el referendo y lo calificó como “otro engaño del régimen cubano para encubrir su represión y tiranía”.

Vistiendo camiseta negra deportiva y pantalones vaqueros, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ejerció su derecho a voto en un barrio de la periferia de La Habana.

“Estoy convencido de que la mayoría de los cubanos van a dar un sí por Cuba, por la Patria, por la Revolución y por el futuro”, declaró, “estoy optimista (…) hoy vamos a ganar, vamos a obtener una victoria que va a ser nuestra, que va a ser de América Latina y el Caribe”.

Se espera que muchos evangélicos voten en contra de la propuesta porque temen que pueda abrir el camino para el matrimonio gay, algo que también ha sido criticado por la Iglesia Católica.

LEG