A pesar de la aparente bendición que le dio Andrés Manuel López Obrador a las reformas constitucionales aprobadas por los senadores para la creación de la Guardia Nacional, no todo está dicho.

En Morena hay quienes piensan, incluido el propio Presidente, que la Guardia todavía puede tener mando militar, como pidió desde el principio.

Y aunque los senadores aseguran que las reformas constitucionales son claras y contundentes, aún le queda al dictamen una aduana –los diputados– y posteriormente la redacción de la Ley Reglamentaria, en donde se podría colar el demonio.

Seguramente los diputados ya recibieron la instrucción de aprobar la minuta del Senado tal cual les llegó, pues hacer un cambio de una coma o un punto, obligaría a posponer el debate del tema hasta el inicio del próximo periodo legislativo, que comienza en septiembre.

Pero López Obrador ya dijo que tiene prisa.

Se corre el riesgo, desde luego, que por allí aparezca un legislador Moreno –incluso de oposición– que crea que proponiendo modificar la minuta le está haciendo un favor al país…y a López Obrador.

El jueves se prevé que el documento sea votado en el pleno; a partir de ahí será enviado a los Congresos estatales para su aprobación porque se trata de una reforma a la Constitución.

Se requieren el voto favorable de 17 de 32 Congresos estatales; no habrá problema para obtenerlos pues tan solo Morena lidera exactamente ese número y la oposición no pondrá obstáculos.

Después vendrá la redacción de la Ley secundaria, que es en donde realmente se encuentra el riesgo de cambiar el sentido de la reforma aprobada por los senadores.

Se aprobó –y aplaudió–, que el mando será civil, que la Guardia estará bajo las órdenes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, que los delitos cometidos por integrantes de la Guardia serán juzgados en tribunales civiles, entre otros aspectos que demandaban ONG y la oposición.

Si en la legislación secundaría se trastoca aunque sea uno de estos acuerdos, la concreción de la Guardia tardará más de lo deseado por López Obrador, que declaró que ya no hay guerra al narco pero que le urge armar un cuerpo de seguridad que lo enfrente.

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Pese a las violentas propuestas del “pueblo sabio’’ en Amilcingo y municipios aledaños, se realizó el fin de semana la consulta sobre la construcción de la termoeléctrica en Huexca, Morelos.

Los opositores al proyecto pidieron al presidente López Obrador cancelar la consulta luego del asesinato de Samir Flores, uno de los activistas líderes del movimiento Frente de Pueblos en Defensa del Agua y de la Tierra.

No hubo tal cancelación pese a la toma de urnas y quema de algunas casillas.

Por el contrario, López Obrador salió a regañar al pueblo bueno y sabio diciéndoles que si no aprobaban ese proyecto tirarían a la basura 25 mil millones de dólares de una obra “que ya está hecha’’.

“Es dinero del pueblo’’, les reprendió.

Mmmmm…¿y cuando dinero del pueblo se fue a la basura por la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México?

Porque igualmente la obra ya estaba hecha, ¿no?

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Dos asuntos electorales: Morena decidió (es decir, López Obrador), que Miguel Barbosa, Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra figurarán en la encuesta para conocer al candidato a gobernador en Puebla.

Barbosa hace campaña desde ya con fotos donde se le ve abrazando a AMLO.

Una encuesta elaborada para conocer las preferencias dentro del PRI para elegir a su próximo presidente arroja estos números: Alejandro Moreno, 38%, Ivonne Ortega, 20%, José Narro, 9%, Miguel Osorio, 8% y Ulises Ruiz 4%.