Hoy, si hay acuerdo en el Senado, habrá un voto ausente y definitivo.

El sufragio del ex candidato presidencial panista Ricardo Anaya.

Suya fue la lucha, pleito personal, contra Enrique Peña Nieto para amarrar al Poder Legislativo e impedir el ascenso de Raúl Cervantes.

La reforma constitucional para convertir la Procuraduría General de la República (PGR) en Fiscalía General de la Nación (FCN) incluía el pase automático de su titular.

Es decir, Cervantes ya estaba a las puertas del nuevo organismo autónomo para procurar justicia y sin depender en nada del titular del Poder Ejecutivo.

Pero vino la acción de muchos.

La cruzada del entonces dirigente panista Ricardo Anaya prendió en la pradera de la política, siempre seca y dispuesta al discurso incendiario.
-¡No al fiscal carnal! -decía la consigna azul comprada por las demás fuerzas políticas anti-régimen de aquel tiempo.

OPOSITORES AYER, VOTANTES HOY

Si entonces eran anti Gobierno, hoy son pro Gobierno.

Por eso resultará relativamente fácil al jefe del control político del Senado de la República, Ricardo Monreal, encauzar una designación largamente pospuesta.

Desde un principio fueron solamente tres prospectos verdaderos, aunque el montaje haya incluido a 27 juristas distintos para legitimar el proceso.
Sus nombres lo dicen todo:
-El ex panista Bernardo Bátiz, procurador de Justicia del desaparecido Distrito Federal con Andrés Manuel López Obrador de 2000 a 2006.

-Alejandro Gertz Manero, académico y secretario de Seguridad Pública de la capital con Cuauhtémoc Cárdenas y federal con Vicente Fox, y hoy procurador general de la República.

Si se mantuviera aquel transitorio creador de la Fiscalía y luego rechazado por Ricardo Anaya, su paso sería natural y nadie lo vería extraño.

-Y Eva Verónica De Gyvés.

No hay voz contra ellos, aunque para muchos ya esté descartada la chiapaneca, pero los tres son los tres únicos candidatos de López Obrador.

Por eso hoy, cuando los senadores voten por éste, ése o aquélla, atrás estará la censura impuesta con ambiciones presidenciales por quien dirigió Acción Nacional (PAN) con puño de hierro.

No hubo fiscal carnal de Peña, pero sí del tabasqueño.

TE DIGO RICARDO, ENTIENDE MARIO

1. La inconformidad de Andrés Manuel López Obrador contra los términos legales de la Guardia Nacional tienen un destinatario oculto: Mario Delgado.

Y si el coordinador de los diputados de su partido le dio un producto insatisfactorio, corresponderá al otro coordinador, a Ricardo Monreal, enmendar la plana.

Pero se hará al gusto del jefe, de eso no hay duda, como elemento para aplicar su esquema de seguridad pública como lo ha concebido.

2. Atrás vienen más disposiciones y nombramientos.

A Enrique Peña le negaron la plataforma jurídica, el Sistema Nacional Anticorrupción y, no se diga, la designación de un fiscal para moralizar al país.

Esto también será a placer de López Obrador.

El engranaje completo para instrumentar la cruzada prometida contra la corrupción de la mafia del poder y con la cual llegó a la Presidencia de la República.

También en todo esto tienen aportaciones los legisladores panistas antaño comandados por su ex candidato presidencial Ricardo Anaya.

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