Con 96 votos a favor y 21 en contra, el Pleno del Senado de la República aprobó, en el marco del período extraordinario, la lista de los 10 aspirantes a Fiscal General de la República, los cuales serán enviados al Ejecutivo Federal para que, en un plazo de 10 días como máximo, regrese una terna de entre los diez candidatos.
Con el voto a favor de las bancadas del PRI, PRD y MC, Morena logró la mayoría calificada, mientras que los senadores de Acción Nacional (PAN) votaron en contra del dictamen, y argumentaron que el proceso de selección de los 10 aspirantes fue una simulación, pues el Ejecutivo Federal ya tenía, desde que era candidato presidencial, a sus favoritos para el cargo.
“En enero de 2018 el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador dijo quiénes van a hacer la terna que saldrá de esta lista que hoy supuestamente aquí apenas vamos a votar (…) entonces qué estamos haciendo, o sea, para qué tanto proceso, para qué toda una simulación”, denunció el panista, Damián Zepeda.
Al respecto, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal Ávila, destacó que la constitución garantiza que no exista un “fiscal carnal”, tal como lo ha denunciado Acción Nacional, así como diversas organizaciones civiles, quienes anteriormente exigieron modificaciones al artículo 102 constitucional.
“Todos queremos un fiscal que no sea un fiscal de persecución política que nadie quiere un fiscal que sea un instrumento de venganza o un instrumento que construya elementos contra la oposición”, señaló la senadora del PRI Claudia Anaya.
En tanto el coordinador del “sol azteca”, Miguel Ángel Mancera, justificó su voto a favor. “Suponer que podemos ir en contra de una mayoría que es real, existente, más bien tenemos que buscar que México tenga esa persona que conduzca las tareas de investigación y de procuración de justicia”, refirió.
A partir de hoy, el Ejecutivo podrá enviar al Senado, la terna que deberá comparecer ante la Comisión de Justicia, y una vez agotadas las comparecencias, ésta remitirá a la Mesa Directiva el dictamen que deberá ser votado por cédula, es decir, en voto secreto por urna, y reunir la mayoría calificada de los senadores para su aprobación.
En caso de que en una primera ronda no se logre la mayoría calificada, los senadores podrán votar en una segunda ocasión. De no obtener la mayoría calificada, la terna se regresará al Ejecutivo, y éste podrá nombrar de manera directa al nuevo Fiscal general de la República.
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