Después de analizar nuestro camino en el transcurso de 2018 y desearnos lo mejor para el año por venir, quiero decir que recomenzar trae dolor, pero es necesario y fenomenal para limpiar las huellas dejadas por esas cargas amargas que debimos llevar o llevamos aún. Esto es así, según su conversación con Dios (si es usted o no creyente). No se averguencen de sus derrotas o no hagan “alaraca” de sus éxitos. No se sienten inferiores por los días difíciles o por las tormentas que no pudimos –o pudieron– sortear (o que nos permitió el Creador), porque al final, si la confianza de ustedes y su fe estuvieran en el Señor, irán mucho más allá de los sitios de angustia en los que han estado, a los lugares de paz y tranquilidad que Dios desea para nosotros. Que tengan un buen año.

Para mis amigos que publican los restaurantes mejores del país o los mejores en diferentes listas internacionales, quiero subrayar que los feudos clásicos de la capital, son Winston Churchill, Hacienda de los Morales (fama mundial), San Ángel Inn, Sir Winston Churchill’s, Café Tacuba, y otros que no tienen tan larga tradición como lo son el Cardenal, Nico’s, Estoril y muchos más. Pero tengo que agregar que entre los feudos nuevos o que tienen algunos años para acá, debo mencionar Casa Merlos, Rincón Argentino, Au Pied de Cochon, los Blancos Colima y Castelar, etcétera; los restaurantes como Emilio’s, Alia, Sylvestre, Prosseco, Cipriani, Rosa Negra, Gloutonnerie y otros que tienen éxito internacional como Nico’s, La Tradición de Mérida (con la fama de David Cetina), Café des Artists, Trío y muchos más. No puedo hablar de todos los que son excelentes y que cuentan con gran servicio, porque tengo otros temas que tratar en esta columna. ¡Disculpen!

Blanco Castelar marca ya una nueva tendencia en comida internacional, y su chef Albert Balaguer conquista ya los paladares más exigentes de la Ciudad de México. Si acude allí (está ubicado donde estaba antes el de Lalo Palazuelos) pruebe las croquetas de la casa, carpaccio de calabaza, aguachile de callo de hacha, foie gras, tacos de lechón confitado, risotto de callo de hacha, ravioles de hongos, pescado al carbón, solomillo Péregueux, Bistró Burger, y decenas de platillos que son una delicia. El restaurante es elegante y se parece a los feudos de Mallorca y Sur de Francia. Tienen 7 meses de abierto y su costo promedio por comensal es de 1.200 pesos mexicanos. Entre sus otros restaurantes-hermanos, cito al Carolo Café ‘O, Blanco InterLomas, y otros. Comensales que acuden regularmente: los Slim; Chedraui; Coppel, Eugenio Derbez, los Kuri; Dergal; Paco Zea, Rafael Amaya, y los de costumbre. El equipo que conformó Balaguer es como un “dream team”: Luis Villegas, Jorge Juan Jiménez, Julio César Marhorro, Mario Mena, César Edgar y Antonio Guerrero. Lo calificó con un 9.2

El príncipe Ernesto Augusto de Hannover ratificó que desea vender el opulento castillo de Marienburg al Estado de Baja Sajonia. La venta fue negociada durante siete años por el heredero de la casa Guelfa. Sin embargo, ahora, con todo preparado para la compraventa por la simbólica suma de ¡un euro!, el Gobierno Federal de Baja Sajonia recibió una carta firmada por el padre, Ernesto de Hannover (que según dicen le regaló el castillo en 2004), que paralizó el proceso. Ahora el esposo de Carolina de Mónaco exige en su misiva la restitución del castillo (¡como debe ser!), que alegó que la venta es ¡ilegal e indigna”, y acusa al inteligente de su hijo de haber cometido un acto de “ingratitud”.

Ernesto de Hannover ha amenazado, incluso, con llevar ante la justicia a su hijo, si insiste en vender la propiedad. Algo pasa raro allí, porque el hijo insiste en venderlo, y el padre no. ¿Se lo habrán heredado en vida? Para finalizar, recomiendo tres ciudades para visitar en enero/febrero: Budapest, Myanmar (Birmania), Kerala India, reino de Bután y Buenos Aires. Bueno, existen sitios de interés, museos, restaurantes y buen clima (menos en Budapest). Y hasta el próximo jueves, ¡abur!