FOTO: @PedroFerriz/TWITTER El líder del sindicato petrolero volvió a los escándalos millonarios por la construcción de una mansión estimada en más de seis millones de dólares  

Carlos Antonio Romero Deschamps, durante su amplia historia política ha sido un blanco atacado constantemente por verse envuelto en escándalos multimillonarios.

 

Es miembro activo del Partido Revolucionario Institucional desde 1961, comenzó su carrera como coordinador de campañas del PRI en el estado de Tamaulipas.

 

En 1969 ingresó a Petróleos Mexicanos (Pemex), dos años después comenzó actividades sindicales en la revisión del contrato colectivo.

 

En 1993 asume de forma interina la Secretaría General del comité ejecutivo general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), luego de que su antecesor Joaquín Hernández GaliciaLa Quinta“, fuera detenido y encarcelado por posesión ilegal de armas en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

 

Desde 1996 Romero Deschamps se ha encargado de la dirección del sindicato de Pemex, durante cuatro veces consecutivas ha sido electo para representar a 200 mil trabajadores.

 

También ha sido diputado federal en tres ocasiones la primera en la Ll Legislatura de 1979 a 1982, la segunda vez en la LV Legislatura para el periodo de 1991-1994 y la última en la LVIII Legislatura entre 2000 y 2003; además también ha sido senador dos veces, la primera en la LVI y la LVII Legislaturas de 1994 al 2000.

 

Unos de los escándalos por los que se ha destacado Deschamps, fue el conocido Pemexgate, cuando en el 2003 la Procuraduría General de la República (PGR) comenzó a investigar a líder sindical por el desvío de recursos del sindicato a la campaña de Francisco Labastida Ochoa en las elecciones del 2000.

 

Según la PGR, Pemex habría transferido más de 500 mil millones de pesos a la STPRM; incluso, en esas elecciones el Instituto Federal Electoral comprobó el desvío de dicha cantidad.

 

Debido a las evidencias presentadas por la PGR y el IFE, un Juez liberó una orden de aprehensión contra Romero Deschamps, sin embargo, no fue cumplimentada debido al fuero que tenía como diputado y el pago de una multa millonaria.

 

Seis años más tarde, es decir, en el 2006 se determinó que no había pruebas suficientes para determinar el delito electoral en el que fue partícipe, para el 2011, fue cerrada la carpeta de investigación del Pemexgate.

 

Los hijos de Deschamps, Paulina y José Carlos, han sido blancos de múltiples críticas por las cantidades de dinero de las que presumen.

 

Incluso, en la boda de Paulina, la joven portó siete brazaletes Cartier con un valor de casi dos millones de pesos. En el 2013, José Carlos, recibió un Ferrari Enzo, también valuado por dos millones de dólares, juntó la compra de dos departamentos de lujo en Miami, con un valor de 7.5 millones de dólares.

 

 

En las elecciones presidenciales de 2012, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador, exhibieron fotografías de su hija Paulina donde se hizo de conocimiento público los lujos de los que gozaba; ambos candidatos calificaron como indignante y vergonzosa la ostentosa vida.

 

En el 2018, durante las elecciones donde participaron el presidente Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade, Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Jaime Rodríguez Calderon, el líder del sindicato petrolero volvió a los escándalos millonarios, pues se viralizó la construcción de una mansión ubicada en Las Brisas, Acapulco; estimada en seis millones 400 mil dólares.

 

El día de hoy, Romero Deschamps, expresó su apoyo y solidaridad con el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre las medidas que ha tomado en diferentes estados para frenar la corrupción huachicolera.

 

El líder sindical la calificó como una “valiente lucha contra la corrupción en Pemex”.

 

Incluso añadió que la agrupación sindical se sumará a los esfuerzos del gobierno en impulsar dentro de la cuarta transformación la eficacia, transparencia y honestidad en la producción, suministro y distribución de combustibles.

 

Agregó que la relación entre el sindicato y la empresa “para iniciar una nueva era de productividad”.

 

 

TFA