Foto: Daniel Perales Decenas de turistas nacionales y extranjeros convivieron con los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, quienes, tras seis años fuera de servicio, regresaron a vigilar la Alameda Central y la zona de Garibaldi, a caballo y con trajes de charro; son 33 oficiales  

Vuelve la Policía Charra a resguardar la Alameda Central

En punto de las 08:00 horas, el oficial Barrón Fuentes, miembro de la Policía Montada de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina, se reunió con cuatro de sus compañeros sobre la Alameda Central, a un costado del Palacio de Bellas Artes. En conjunto, resguardan la zona e invitan a los curiosos para acercarse y conocer a sus bestias.

Tras una ausencia de aproximadamente seis años, la Policía Charra regresó a dicho parque, lugar en donde operaron durante diez años (desde 2002); sin embargo, en 2012 fue retirada debido a la remodelación del piso de la Alameda.

“Si se da cuenta, cambiaron el piso y por el tipo de herraje (calzado de metal) que tenían los caballos ya no se pudo continuar. En la actualidad se hicieron otras pruebas para ver si con un nuevo herraje de otra estructura, hecho principalmente de goma y plástico, podemos trabajar aquí. Da la casualidad de que estamos en pruebas”, señaló a 24 HORAS el oficial Barrón Fuentes, quien vigila desde lo alto de su corcel.

Comentó que actualmente existen 30 elementos destinados para dicha zona y su tarea principal será evitar robos a transeúntes durante la épocas decembrina, o bien, reportar cualquier tipo de faltas cívicas.

Las bestias permanecen quietas, sumado a que la gente no sabe cómo llamarles, puesto que “no cuentan con nombre alguno”, refirió el oficial, quien, además, fue parte de aquella agrupación montada que surgió en 2002.

Los transeúntes no pudieron evitar hacer contacto con los caballos, los cuales resultaron un atractivo turístico para  paseantes nacionales y extranjeros.

“Son increíbles. Hermosos. ¿Ya viste al caballo? Está muy tranquilo”, comentó una mujer, quien en su idioma natal, inglés, expuso a su acompañante su sentir tras hacer contacto con los animales.

Finalmente, aunque hubo quienes prefirieron tomarse  una foto a distancia, también hubo quienes estuvieron largo rato con los animales, los cuales, en ningún momento, perdieron la calma, o peor aún, mostraron señales de agresividad hacia los visitantes, los cuales, terminaban por armarse de valor para acariciar la cabeza de las bestias.

Mientras unos llegaban, otros se marcharon con una expresión de asombro sobre su rostro, como con ganas de permanecer por más  tiempo. “Hay que venir mañana”, se escuchaba.

Frase:

“Sí nos da un poco de miedo acercarnos, pero se ve que son mansitos. Pero aún así, cuando abren su hocico pienso que nos van a morder o que quizá no les caemos bien”
Rosalía
Visitante

LEG