Foto: EFE Seguidores de Lula da Silva se confrontaron con detractores que se reunieron frente a la cárcel donde cumple su condena, en Curitiba  

BRASILIA.- El ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva estuvo ayer a punto de salir de la cárcel gracias a una medida cautelar dictada por un juez de la Suprema Corte, pero finalmente fue anulada por el presidente del mismo tribunal, Antonio Dias Tóffoli.

La puerta de la celda en que Lula está recluido desde el pasado abril parecía abrirse ayer con el polémico fallo dictado por el magistrado Marco Aurelio Mello contra la posibilidad de que una pena sea ejecutada una vez confirmada en segunda instancia, tal como es el caso de Lula y de otras 196 mil 300 personas en Brasil.

Mello se apoyó en un artículo de la Constitución según el cual una pena de prisión sólo se puede cumplir cuando sea firme, lo cual ocurre tras lo que en Brasil se conoce como “tránsito en juzgado”, que supone el fin de todo el proceso de apelaciones, que llega hasta la cuarta instancia.

Sin embargo, una jurisprudencia adoptada en 2016 por la Suprema Corte, ratificada este año en una ajustada votación que acabó 6-5, contempla la posibilidad de que una sentencia empiece a ejecutarse una vez ratificada en segunda instancia.

Esa decisión se justificó en su momento en el hecho de que en los dos procesos de apelaciones que restan a partir de esa fase no se juzga ya el mérito de la acusación, sino solamente asuntos formales que difícilmente modifican la sentencia.

La cautelar fue dictada a pedido del Partido Comunista do Brasil (PCdoB), un histórico aliado de Lula, el mismo día en que la Suprema Corte inició un receso que durará hasta el próximo mes de febrero, lo que generó aún más polémica sobre la posible ex carcelación de Lula y otros políticos condenados por corrupción.

Los fiscales responsables por la llamada Operación Lava Jato, que llevó a prisión a Lula y a dirigentes de una decena de partidos, se plantaron frente a la decisión y consideraron que si no era anulada se “consagraría la impunidad”.

El Partido de los Trabajadores (PT) se movió con rapidez y llegó a solicitar formalmente la excarcelación de su máximo líder.

Sin embargo, la jueza responsable del caso supeditó la libertad de Lula a la posición que adoptaría sobre el asunto la Fiscalía General.

Ese organismo lo hizo de hecho, pero con una apelación que presentó contra la cautelar apenas unas horas después de que fue dictada y que fue finalmente negada por Dias Tóffoli.

LEG