Más emocionante que el primer juego entre el América y el Cruz Azul, estará hoy el encuentro entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJN), Luis María Aguilar Morales.

El ministro presentará su cuarto y último informe de labores como presidente de la Corte, justo en el momento más candente del pleito entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo vs. el Poder Judicial.

Aunque ayer hubo una reunión matutina entre el coordinador de los diputados de Morena, Mario Delgado, y su escudero Pablo Gómez con cuatro ministros, incluido Aguilar Morales para eliminar piedras en el camino a la reunión, la tensión sigue.

Delgado informó de un primer acuerdo con los ministros de la SCJN; éstos mantendrían sus salarios y prestaciones como están y la reducción salarial contemplada en la Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicos se aplicaría a los ministros de nuevo ingreso.

Además, la Corte reiteró su oferta de reducir en cinco mil millones de pesos su presupuesto para el próximo año; el recorte se daría en los gastos del Consejo de la Judicatura Federal.

Pese a este acercamiento, el consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra, presentó un recurso de reclamación a la Corte por la suspensión “inconstitucional’’ de la Ley de Remuneraciones, la cual, sostiene Scherer, no puede ser suspendida por tratarse de una ley federal.

Con este escenario, López Obrador acudirá hoy como invitado al informe de Aguilar Morales, al mediodía en la sede de la Corte.

Seguramente en su conferencia matutina habrá un adelanto de lo que piensa sobre el tema, que no ha soltado desde hace una semana.

El problema de fondo, dicen en la Corte, es que el Congreso puede autorizar tal o cual cantidad de presupuesto al Poder Judicial, pero no puede decir cómo gastarlo porque entonces está invadiendo una esfera que no le corresponde.

A ver cómo se defienden los ministros hoy en voz de su presidente.

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¡Vaya ironía!
Ayer fue el cumpleaños de Aurelio Nuño, el penúltimo secretario de Educación de Enrique Peña y a quien le correspondió instrumentar y defender la reforma educativa peñista.

Y ayer mismo, el presidente López Obrador en compañía de su secretario de Educación, Esteban Moctezuma, firmó la iniciativa de reforma educativa morenista que deroga el proyecto peñista.

La iniciativa del tabasqueño también le pasó la guadaña al Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), que desaparecerá –por punitivo-, para dar paso al Instituto Nacional para la Revaloración del Magisterio y la Mejora Continua de la Educación –ufff.

El INEE es el primer organismo autónomo en desaparecer –al menos en el discurso, hasta ahora- y quienes siguen con lupa los movimientos de López Obrador temen que no sea el único.

¿Me están oyendo, INE y Banco de México?

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Dieciocho de 32 gobernadores dieron ayer su apoyo a la creación de la Guardia Nacional.

Y tenían que hacerlo, pues, salvo los casos de Campeche y Yucatán, el resto de las Policías estatales y municipales nomás no han podido con el paquete.

Lo peor es que las Policías locales no son parte de la solución, sino parte del problema de la inseguridad.

Con ese aval no habrá impedimento para que Morena en el Congreso avale la constitución de dicho cuerpo de seguridad que será formado por militares y personal naval, pero con uniforme de policía.

Ah, bueno, pues así ya cambia la cosa.
¿O no?
*Voy Cruz Azul, siempre.