Con la proyección del filme Viento Negro, la Cineteca Nacional y la Central de Abasto de la Ciudad de México, se conmemoró el décimo aniversario luctuoso del cineasta Servando González Hernández, quien a través de su talento y filmografía aportó al cine nacional una visión interiorista de sus personajes, magistralmente ligado al entorno con una visión social, descriptiva y antropológica. Proyectaron Viento Negro (estrenada en 1964) en la que se abordan los avatares del equipo de construcción ferroviaria del desierto de Altar en Sonora. Don Servando se inició en Estudios lasa, además de que fue fundador del Dpto. de Cine de la Presidencia de la República en el gobierno de Adolfo López Mateos. Se preparó luego en Hollywood, iniciando con el filme Yanco.

Luego dirigió Los Mediocres, El asesino de tontos (The fool killer), El escapulario, El elegido, Los de abajo, Las grandes aguas, El último túnel, etcétera. Mi amigo Servando González, valioso comunicador, recordó a su padre como un profesional que dedicó su vida al cine mediante una labor perfeccionista para lograr las escenas proyectadas, labor que iniciaban con la adaptación del guion, la búsqueda de la ubicación exacta, el reparto y la edición. Le sobreviven sus hijos Alicia, Rosalinda, Servando, Ángel y Alejandro González Muñoz.

Como parte del evento, esta película se proyectó también en la Bodega de Arte de la Central de Abasto, que dirige Sergio Palacios Trejo, amigo de la familia y a quien por su labor en el arte se le entregó el Premio Excelencia, en Madrid (España). José Antonio Valdez Peña (el “Golden Boy”, de Bilbatúa) dio la bienvenida en la Cineteca a los invitados y recordó que la cinta Viento Negro rompió récords de taquilla. Sergio Reynoso habló –a nombre de la familia–, subrayando que el papel principal sería para Anthony Quinn, pero que finalmente –por suerte– lo tuvo su padre, David Reynoso, ganándose el apodo de “El Mayor”. Allí vi a Lolita Ayala, Víctor Lichtinger (representante del gobierno de Michoacán en la capital mexicana), Sebastián González Nuñez, Abigail González Herrera y Enrique Rosas, entre otros

Experiencia culinaria de primer mundo

Guy Santoro nos invitó al licenciado Carlos Septién Sepúlveda, América Ortega, Sergio García y a este columnista, a degustar las delicias culinarias del feudo Almara, una de las estrellas de la familia Cosio. Almara es una propuesta innovadora, resultado del balance perfecto entre deliciosa comida, ambiente elegante e impecable. Considerado el mejor tercer restaurante de México por La Lista 2017, Almara deleita todos los paladares con un concepto de comida mexi—terránea, destacando por su ambiente contemporáneo, sofisticado, y ofreciendo siempre el mejor servicio. Cuenta con especialidades como crepas rellenas de rajas de chiles y salsa de elote; carnes y aves (cachete de res braseado, lechón lecha), etcétera, además de platos vegetarianos, mariscos, sopas, pastas, ensaladas, omelettes y todo lo que usted se imagine. Se ubica en Hamburgo 195, en el Galería Plaza.

Renate Von Dorrer y Michelle Jaimes, en Misión del Sol

Misión del Sol, hotel colonial con Spa y jardines espectaculares, sin olvidar su elegante arquitectura colonial, se ubica a 7 kilómetros del Palacio de Cortés y a 8 km del Jardín Borda. Con sus 40 habitaciones que aumentarán a 80 (se vieron perjudicados por el terremoto de septiembre de 2017), Wi–Fii gratuita, terrazas, chalés, departamentos (varios de ellos, cuentan con 2—3 recámaras). Al realizar ustedes su reservación podrán gozar sus variados menús, piscina gratis, centro de negocios, canchas de tenis y voleibol, etcétera, se colocó entre los resorts favoritos de los viajeros exigentes.

Allí se preocupan por el bienestar mental, clases de yoga, Tai—Chi, salones y espacios para meditación de grupos. Renate me dijo que “es vital que seamos congruentes y manejamos la energía a través del Feng—Shui. También llevan a cabo eventos especiales, convenciones, conferencias, talleres, y el resort cuenta con una gran colección de arte. Nos recuerda a varios resorts de Marruecos y de Andalucía. Y hasta el próximo jueves, ¡abur!