FOTO: REUTERS/ARCHIVO Sin embargo, recalcaron que "todo está en estudio y no hay nada confirmado"  

Madrid, con el estadio Santiago Bernabéu, se sumó este jueves a la lista de ciudades que podrían convertirse en la sede del partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors.

Fuentes de la entidad que rige el fútbol sudamericano comentaron a Efe que “no es descabellado” que la capital española, con el estadio del Real Madrid, albergue el encuentro.

Sin embargo, recalcaron que “todo está en estudio y no hay nada confirmado”.

El Tribunal Disciplinario de la Conmebol se halla en estudio de los descargos de River Plate y Boca Juniors tras una reunión el pasado martes entre los presidentes de ambos clubes y su homólogo de la entidad, el paraguayo Alejandro Domínguez.

En un comunicado emitido ese mismo día, la Conmebol anunció que el partido de vuelta de la final debe jugarse el 8 o el 9 de diciembre en una sede distinta al estadio Monumental de Buenos Aires y un país diferente a Argentina, debido a la violencia de hinchas de River que el sábado atacaron con piedras y botellas el autobús que llevaba a los jugadores de Boca al escenario.

Además de conocerse que el Santiago Bernabéu es ahora una posibilidad como nueva sede del partido, medios españoles apuntan a que la Federación Española de Fútbol, la FIFA, la Conmebol y el Real Madrid, club dueño del estadio, se encuentran trabajando en cerrar el acuerdo para que la final se dispute allí.

Madrid es una de las opciones que se comenzó a barajar este jueves, aunque desde el martes se habla de otras ciudades como Medellín (Colombia), Belo Horizonte (Brasil), Asunción (Paraguay) y Doha (Catar).

La selección de este último país ha sido invitada por la Conmebol para jugar la Copa América de 2019 en Brasil.

No obstante, por su proximidad geográfica y por ser sede de la Conmebol, Asunción se plantea como una opción atractiva para jugar el partido el 8 o el 9 de diciembre, aunque esas fechas coinciden con la masiva peregrinación a Caacupé, a unos 54 kilómetros de la capital paraguaya, que implica un fuerte despliegue policial centrado en esa festividad católica.

Este miércoles se reunieron el presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), Robert Harrison, y el ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, para trazar un protocolo de seguridad en los estadios.

Interior y la APF contarán con el respaldo de la Policía Nacional, que se encargará de instalar cámaras de seguridad hasta 300 metros alrededor de las canchas de fútbol.

El partido de vuelta entre River Plate y Boca Juniors por la final de la Copa Libertadores 2018 sigue en el aire, a la espera de conocerse la resolución del Tribunal Disciplinario de la Conmebol.

 

 

TFA