Luego de la declaración, saltaban de gusto. El festejo era tal que empezaron a retar abiertamente a los opinantes. “¿Qué vas a decir ahora, tal por cual, vendido, chayotero…?”, gritaban en redes.

La noticia bomba salió del defensor de Joaquín Guzmán, el Chapo, quien dijo que su cliente, el criminal más buscado por décadas en el mundo, le confió haber sobornado a los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña.

La “bomba informativa” provocó -entre simpatizantes lopistas- lo más parecido a una orgía mental. Y, en el delirio, no faltaron los que pidieron colgar la cabeza de los mandatarios en el palo más alto del Zócalo.

Sin embargo, la fiesta duró poco. ¿Por qué? Porque el delirio nació y creció a partir de un cadáver, el cadáver del sentido común.

Es decir, sólo en cabezas irracionales hay lugar para dar por ciertos los inventos de un criminal como el Chapo, en especial cuando esos delirios chocan frontalmente con la realidad.

¿De verdad alguna cabeza con información mínima y con sentido común puede tomar en serio despropósitos como los revelados por el abogado del Chapo?

Lo cierto es que los hechos, la terca realidad, tiran la especulación y la dejan en calidad de calumnia. Y, peor, dejan mal parado al gobierno de López Obrador. Pero vamos por partes.

Primero, vale recordar que el de Calderón fue el Gobierno que más combatió al “cártel del Chapo”. Incluso, muchos de los que hoy festejan lo declarado por el criminal acusaron al gobierno de Calderón y a su titular de Seguridad, Genaro García, de perseguir sólo “al Chapo”, dizque para cumplir un pacto con otros cárteles.

Así, el 30 de agosto de 2010, la Marina Armada detuvo a Edgar Valdez Villarreal (la Barbie), quien se había convertido en uno de los más influyentes operadores del “cártel del Chapo”. ¿Tiene sentido que si el Chapo sobornó a Calderón, el gobierno del michoacano haya detenido a la Barbie, además de miles de colaboradores del “Chapo”?

A su vez, la Barbie dijo que fue detenido por García Luna, luego que se negó al pacto del gobierno de Calderón con otros cárteles de la droga. ¿No que el pacto había sido con el Chapo? Matan al sentido común.

Segundo, el de Peña es el único Gobierno que logró la captura del Chapo en dos ocasiones. Como saben, al final del gobierno de Fox, el Chapo escapó del penal de Puente Grande. Fue detenido el 22 de febrero de 2014 y se fugó el 11 de julio de 2015 para ser recapturado el 8 de enero de 2016; todo en el gobierno de Peña Nieto. ¡Valiente soborno…!

Además, por qué “el Chapo” no reveló los sobornos a Calderón y Peña, a Kate del Castillo y a Sean Penn, quienes redactarían su biografía. ¿Murió el sentido común…?

Tercero –y de nuevo el sentido común-, mientras los gobiernos de Calderón y Peña persiguieron sin descanso al “Chapo”, el de López Obrador ofreció amnistía a criminales, como el Chapo.

¿Quién miente? ¿Ante la terca realidad, de qué lado es posible un soborno? El crimen organizado mata hasta al sentido común.

Al tiempo.