Foto: Especial “Hay gente que puede morir de miedo, que tiene cardiopatías, puede tener circunstancias de estrés postraumático o accidentes cerebro-vasculares”  

Monstruos, vampiros y personajes de terror son seguidos por personas que, aseguran, combaten sus fobias. Junto a las casas del terror y los maratones de cine, provocarían el efecto contrario entre quienes son fanáticos de vivir estas experiencias.

Con elementos estereotipados que llevan al público al límite de sus emociones, por la incertidumbre de la música y los simbolismos, el gusto por consumir estos espectáculos de terror se explica por una satisfacción producida en el organismo, aseguró Martha Catalina Pérez González, directora del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica, de la Universidad de Guadalajara.

Por la costumbre de vivir a un ritmo acelerado, la especialista detalló que esto “eleva nuestros niveles de tolerancia al estrés, por lo que buscamos esa emoción para tener un desenlace placentero. Al finalizar esa actividad, existe una satisfacción o placer”.

Aunque en la cotidianidad hay actividades que provocan tensión, es justo por su carácter común que no resultan positivas ni satisfactorias. En cambio, cuando las personas se exponen a espectáculos de terror que los colocan ante situaciones extremas de estrés, los miedos se pueden para ser vencidos.
“Pero, lamentablemente, la sobreexposición a este tipo de problemas puede generar que la persona no tenga una asimilación adecuada y, en cambio, se agudicen más sus fobias o miedos”, afirmó la experta en psicología.

Así, sugirió considerar el hecho de ir a recorridos nocturnos en panteones, casas del terror o matinés de cine, ya que personas con problemas cardiacos pueden presentar afectaciones metabólicas, si son parte de situaciones altas de estrés.

“Hay gente que puede morir de miedo, que tiene cardiopatías, puede tener circunstancias de estrés postraumático o accidentes cerebro-vasculares”, apuntó.

LEG