Foto: Notimex La Gran Ofrenda de celebración de muertos fue inaugurada este sábado en el Zócalo capitalino, por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva  

La Gran Ofrenda de celebración de muertos fue inaugurada este sábado en el Zócalo capitalino, por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, y está dedicada a los migrantes y permanecerá hasta el 4 de noviembre.

 

También estuvieron presentes los secretarios capitalinos de Cultura y Turismo, Eduardo Vázquez Martín y Armando López Cárdenas, respectivamente, con lo que se dio apertura a la instalación museística que reinterpreta esta tradición.

 

La instalación contemporánea está integrada por cuatro arcos del triunfo, un “Túmulo funerario”, un “Altar de Muertos” y nueve senderos que simbolizan las distintas etapas para llegar al Mictlán.

 

Esto es resultado del diseño dual del artista Humberto Spíndola y la antropóloga Gisela Mendoza Jiménez, con ambientación musical a cargo de Ricardo Martín Jáuregui.

 

El público podrá admirar tapetes realizados por artesanos de Huamantla, que contienen la simbología prehispánica de los códices, de acuerdo con un comunicado.

 

En el primero las almas son guiadas por xoloitzcuintles; el segundo, donde deben pasar entre las montañas que chocan entre sí sin quedar atrapadas; el siguiente es un lugar de las montañas con cuchillos de pedernal, donde las almas cruzaban entre cuchillos de obsidiana y en el cuarto las almas sufren el frío, la helada y la ventisca a su paso.

 

La quinta etapa representa un lugar sin gravedad y mucho aire donde las almas son arrastradas por vientos huracanados; el sexto es el lugar en el que las almas son perseguidas por jaguares que tratan de comerles el corazón.

 

El octavo refiere a los nueve ríos hondos que deben ser cruzados para llegar a la novena etapa, donde las almas son envueltas por una neblina rodeadas de alacranes y tecolotes.

 

También está presente un “Túmulo funerario”, el antecedente directo de los altares y ofrendas mexicanas contemporáneas.

 

“Es una antigua práctica que se utilizó en el virreinato para honrar a los grandes personajes que habían muerto, en los cuales se incluían versos de Sor Juana Inés de la Cruz”, precisó Mendoza Jiménez.

 

Los cuatro arcos del triunfo hacen alusión a las cuatro regiones en que estaba dividido el cosmos de acuerdo con la cosmovisión mesoamericana. Orientados en los cuatro puntos cardinales de la Plaza de la Constitución, cada uno representa un significado y color especial.

 

Al norte se encuentra un arco amarillo que representa la región de los muertos; al sur, de color azul, está simbolizado el paraíso de Tláloc; al oriente, de color rojo, está el lugar de los guerreros que acompañan al astro desde su salida hasta el mediodía y en el poniente, de color blanco, el lugar de las mujeres muertas en el parto, cihuateteos, que acompañan al sol en su travesía nocturna.

 

fahl