Foto: Especial Como deficiente, calificó el manejo actual de las pilas, ya que los programas implementados no cuentan con difusión ni seguimiento, por lo que el destino final de las pilas tras su vida útil resulta una incógnita  

Tan sólo en la Ciudad de México, se generan al año 124 millones 963 mil 449 pilas, un problema que amenaza la salud del planeta por su elevada toxicidad. Por ello, investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) diseñaron un plan para controlar estas baterías, ya que en el país no existe ningún instrumento semejante.

De acuerdo con el estudio de la Unidad profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (Upibi), el 44% de las personas en la capital utilizan el tipo de pilas AA, AAA, C y D; las recargables son usadas por el 29 por ciento, además el 24 por ciento utiliza las de ion de litio para celulares, laptops y cámaras, mientras que las de tipo botón son las menos utilizadas, con tres por ciento.

Ante esta situación, las egresadas de la carrera en Ingeniería Ambiental de la Upibi, adscrita al IPN, Brenda Domínguez Santillán, Luisa Martínez Hernández y su asesor Saúl Hernández, plantearon un proyecto con elementos, mecanismos preventivos, y de planeación para desarrollar políticas públicas que reduzcan los impactos ambientales de las pilas.

A decir del asesor, el objetivo del plan “promueve que no sólo llevemos este desecho a un centro de acopio temporal, sino que aprendamos a manejarlo e identificarlo, pero sobre todo a no generar residuos”.

Como deficiente, calificó el manejo actual de las pilas, ya que los programas implementados no cuentan con difusión ni seguimiento, por lo que el destino final de las pilas tras su vida útil resulta una incógnita.

La iniciativa se basa en varias etapas, como reducción de la fuente, separación-clasificación, identificación-correcto embalaje, colector de pilas: incentivo ambiental, transporte, acopio y recolección, tratamiento o reciclaje y disposición final y economía ambiental.

LEG