Foto: Cuartoscuro/Archivo El académico señaló que el límite máximo permitido es de 5,000 partes por billón – ppb.  

Abraham Vergara Contreras, académico de la Universidad Iberoamericana del Área de Negocios, apuntó que consumir tortillas, elaboradas a través del proceso tradicional de nixtamalización o con harina de maíz, no es perjudicial para la salud por la supuesta presencia de glifosato.

 

La Asociación de Consumidores Orgánicos dio a conocer esta semana que realizó un estudio sobre harinas de maíz a través del laboratorio Health Research Institute, y en dicho estudio refieren que las muestras de harina de maíz mostraron concentraciones de residuos de glifosato de entre 5.14 y 17.59 partes por billón (ppb).

Vergara señaló que el estudio de la Asociación de Consumidores Orgánicos donde se señalan que encontraron residuos de glifosato en muestras de harinas de maíz carecen de metodología, además de que está muy por debajo del límite establecido por la ONU, FAO, OMS y EPA.

 

“El glifosato es un herbicida usado en la agricultura y el cuidado forestal. El uso de herbicidas en la agricultura, incluyendo el glifosato, está ampliamente estudiado, regulado y monitoreado para evitar que tenga un impacto negativo en la salud humana”, apuntó Vergara.

“Independientemente de que en el estudio no se presenta evidencia de los estudios de laboratorio ni explican su metodología, y aceptando sin conceder el supuesto resultado de los mismos, hay que enfatizar que los niveles mencionados están muy por debajo del límite máximo de residuos de glifosato permitido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Environmental Protection Agency de Estados Unidos (EPA)”, agregó.

El académico señaló que el límite máximo permitido es de 5,000 partes por billón – ppb. En consecuencia, los niveles de concentración de glifosato de 5.14 a 17.59 partes por billón, como los mencionados por la asociación de consumidores orgánicos, son mínimos, prácticamente imperceptibles pues están entre 284 y 972 veces por debajo del límite máximo permitido.

En diciembre de 2017 la Environmental Protection Agency de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) liberó a la opinión publica su “Draft Risk Assessments for Glyphosate”, en donde informa que es improbable que el glifosato represente un riesgo para los humanos. Además, no encontró ningún otro riesgo relevante para la salud humana cuando el herbicida se usa de acuerdo con su etiqueta.

En años recientes, diversas agencias gubernamentales internacionales han evaluado los efectos del glifosato sobre la salud humana, como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH), el Comité Conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otras.

Estos hallazgos son consistentes con conclusiones derivadas de revisiones científicas de varios países.

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, detalló que el glifosato es incluso menos tóxico que la cafeína, las aspirinas, el paracetamol, el vinagre de manzana e incluso la sal de mesa.