Foto: Reuters En la audiencia, el líder católico obsequió una escultura de un árbol de olivo realizada por un artista romano del siglo pasado  

El Papa Francisco y el presidente de Chile, Sebastián Piñera, abordaron hoy aquí, durante una audiencia privada, la crisis por los abusos sexuales que afronta la Iglesia católica en ese país, así como la situación

 

El diálogo cara a cara, que se extendió por unos  política en Venezuela y Nicaragua.

 

32 minutos, tuvo lugar en la biblioteca personal del pontífice ubicada en el Palacio Apostólico del Vaticano. Al final, Piñera dio una breve declaración a la prensa y se negó a responder las preguntas de los periodistas.

 

“Conversamos sobre la situación difícil que vive la Iglesia en Chile y, sobre todo, compartimos la esperanza de que la Iglesia pueda vivir un verdadero renacimiento y recuperar el cariño, la cercanía del pueblo de Dios, y pueda seguir jugando el importante rol que tiene en nuestro país”, dijo el presidente.

 

Agregó que el Papa manifestó su preocupación por las migraciones en América Latina y, “como todos”, por la situación que afecta a Venezuela, a Nicaragua y a otros países del continente.

 

Además precisó que en su diálogo se habló de la protección del ambiente, la lucha contra el calentamiento global y el recuerdo de Bernardino, tío del presidente, anciano obispo chileno que participó en el Concilio Vaticano II.

 

Según el mandatario, Francisco fue “muy generoso” al compartir con él “consejos que van a ser muy útiles”. Luego se reunió con el secretario de Estado de la sede de la Iglesia Católica, Pietro Parolin, a quien le explicó la “posición permanente” de Chile en el diferendo por la salida al mar con Bolivia.

 

En la audiencia, el líder católico obsequió una escultura de un árbol de olivo realizada por un artista romano del siglo pasado y, al entregarla, exclamó: “El olivo es símbolo de paz, espero que su gobierno sea de paz”. “La paz es el camino”, respondió Piñera.

 

Además, añadió copias de algunos documentos de su autoría: “Evangelii Gaudium”, “Amoris Laetitiae”, “Gaudete ed exultate” y “ Laudato Si”.

 

Piñera reveló que ya había leído esta última encíclica dedicada al cuidado de la casa común, pero que “con gusto” la leería de nuevo. Y entregó sus regalos, una caja de lapislázuli y una estola realizada por una artesana.

 

Una nota de la sala de prensa del Vaticano, calificó a estas conversaciones de “cordiales” y sostuvo que, durante las mismas, se hizo referencia “a la defensa de la vida y a la dolorosa herida de los abusos a menores”.

 

Subrayó especialmente “el compromiso de todos en la colaboración para combatir y prevenir la comisión de estos crímenes y su ocultamiento”.

 

“A lo largo de los coloquios se han afrontado otros temas de interés común en ámbito internacional y regional, sobre todo en lo referido a la acogida de los inmigrantes”, ponderó.

 

DAMG