La Cuarta Transformación viene en serio

Un internacionalista probado será algo así como el jefe de la oficina de Marcelo Ebrard, próximo secretario de Relaciones Exteriores.

Me refiero a Juan Carlos Natale, ex diputado local de Partido Verde, quien renunció a ser candidato al Senado durante el debate público realizado pocos días antes de las elecciones.

Quien empujó a Natale a tomar esa decisión fue Ignacio Peregrín, hermano de la cantante Belinda.

Y es que estos dos personajes son muy cercanos a Ebrard y, ahora, a Andrés Manuel López Obrador.

Cómo olvidar que, vía Twitter, Belinda destapó a Ebrard como futuro canciller, descarrilando así a Héctor Vasconcelos, quien tuvo que conformarse con la Comisión de Relaciones Exteriores en el Senado de la República.

La influencia de Belinda y de su hermano en la Cuarta Transformación es de tal tamaño que ya lograron incorporar a Juan Carlos Natale en el equipo de transición, faltaba más, y en el organigrama del próximo canciller.

El Enigma de Dulce María Silva. Siempre leo los resúmenes de los reportajes que publica la revista Proceso porque conservan el rigor periodístico de buena prosa que impusieron don Julio Scherer García y Vicente Leñero.

Sin embargo, este domingo me salté —por razones enigmáticas que tienen que ver más con el azar— el resumen del reportaje de Gabriela Hernández que revela una trama de Miguel Barbosa para llenar de lodo y de dudas a Dulce María Silva, esposa del muy influyente César Yáñez.

¿Qué me perdí al no leer el resumen?

Unas líneas perturbadoras que no encontré en el cuerpo del reportaje:

“Dulce María Silva es un coctel desconcertante y contradictorio. (…) Morenista en Puebla, hay indicios de que este año habría participado en un presunto fraude electoral contra el candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa”.

Sé que es un editor quien escribe los resúmenes en función de los reportajes y que los autores de los mismos no se meten en esa tarea.

Lo que no acabo de entender es de dónde salió esa acusación tan grave.

¿Fue el sector barbosista de Morena en Puebla quien filtró la especie?

¿Dicho señalamiento estuvo incluido en el reportaje y desapareció de pronto?

¿El editor leyó mal las líneas de la reportera Gabriel Hernández y las sobredimensionó?

Son dudas que matan sobre todo tratándose de Proceso.

El Compadre de Bejarano y la Guerra Sucia en Twitter. Una vez que Martha Érika Alonso subió el domingo pasado un tuit en el que reprueba la violencia de género, las huestes de Morena —incluidas varias diputadas locales y federales— iniciaron una embestida brutal de violencia de género.

Ese contrasentido quedó evidenciado por las descalificaciones de todo tipo en contra de la gobernadora electa de Puebla.

Es claro que si los dueños de los troles de Morena en las redes sociales se quedaron en la época de los hombres de Neanderthal, poco se puede esperar de sus seguidores.

Sobra decir que el espectáculo fue patético y que en la guerra sucia participaron, entre otros, el compadre de Bejarano en Puebla y su distinguida esposa, a quien Beatriz Gutiérrez Müller, en su momento, ubicó como parte de las inolvidables Rosas Salvajes: becarias de la SEDESOL en tiempos del presidente Zedillo.

Marín, el Pachuco y el Notario en Problemas. Ya lo escribió el columnista Rodolfo Ruiz: detrás del desplegado publicado por “distinguidos militantes” del ex partidazo en contra de la actual dirigencia estatal está la mano de Mario Marín a través de Valentín Meneses —un notario en problemas penales—, Wenceslao Herrera Coyac y otros no tan distinguidos priistas como Gerardo Corte, el Pachuco Bailarín, quien pasó de dogerista a enemigo emboscado del ex candidato a gobernador.

Todo un caso el del Pachuco.

Y es que, a pesar de tener un puesto de alto nivel en la Delegación del IMSS en Puebla, sólo cuenta con la secundaria terminada.

Vea el hipócrita lector:

Una vez que el anterior delegado —Enrique Doger— se enteró de la condición semianalfabeta de Gerardo Corte, gestionó su liquidación, pero éste, violando todas las normas de ingreso al IMSS, ha logrado mantenerse ahí con la complicidad del secretario del sindicato, Javier Torres Zenteno, quien le permite —a través de Gabriela Pérez Árcega— seguir haciendo negocios al admitir trabajadores que incumplen los requisitos de ingreso.

Esta historia continuará en una próxima columna.

Armenta y la Comisión de Hacienda. Vanessa Rubio, Ifigenia Martínez y Nuvia Mayorga tenían todos los méritos para hacerse de la presidencia de la Comisión de Hacienda del Senado de la República.

A saber: currículum, relaciones y experiencia.

Por eso no deja de ser significativo que Alejandro Armenta Mier haya llegado a esa silla.

Las arriba citadas, por cierto, forman parte ya de esa influyente comisión presidida por el poblano.

LEG