foto: reuters/archivo "una reaparición del cuadro de fibrilación auricular paroxística", uno de los males crónicos que ya sufría antes de recibir el indulto  

El ex presidente peruano Alberto Fujimori sufrió hoy una descompensación al enterarse de que la Justicia le anuló el indulto a su condena de 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad, lo que le llevó a ser hospitalizado, aseguró hoy el ex congresista fujimorista Alejandro Aguinaga.

Aguinaga, médico personal de Fujimori, afirmó hoy a periodistas que la orden judicial de retornar a prisión ha provocado en el ex presidente “una reaparición del cuadro de fibrilación auricular paroxística”, uno de los males crónicos que ya sufría antes de recibir el indulto.

Acompañado a esto existe una caída de la presión arterial, según indicó Aguinaga en declaraciones a periodistas en la puerta de la clínica, donde Fujimori permanece rodeado de sus hijos y en una unidad de cuidados intermedios.

El ex parlamentario señaló que la sentencia causó sorpresa porque, en su opinión, el indulto otorgado a Fujimori por el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski la pasada Navidad está contemplado en la Constitución.

“El Presidente de la República está facultado para dar un indulto y el Poder Judicial no está facultado para anularlo”, apuntó el galeno.

Sin embargo, la sentencia del juez Hugo Núñez, del Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Suprema de Perú, concluyó que el indulto no solo contiene irregularidades en su tramitación sino que también contraviene los compromisos internacionales suscritos por el Estado peruano en materia de derechos humanos.

El polémico indulto fue otorgado el 24 de diciembre de 2017 bajo serias sospechas de tratarse de un acuerdo político entre Fujimori y Kuczynski.

La decisión llegó solo tres días después de que Kuczynski se salvase de ser destituido por el Congreso gracias a la abstención de un pequeño grupo de fujimoristas liderado por Kenji Fujimori, hijo menor del ex presidente, quien había solicitado en reiteradas ocasiones la libertad de su padre mediante un indulto.

La resolución del indulto aludía a una enfermedad grave y degenerativa, mas no terminal, aunque no especificaba de cuál se trataba.

El presidente de Perú tiene la facultad constitucional de otorgar indultos pero para el caso de Fujimori, condenado por delitos de lesa humanidad, solo valía uno humanitario, para lo que se requiere que el preso sufra una enfermedad terminal o una grave e incurable que se agudice con las condiciones carcelarias.

Hasta el momento del indulto, Fujimori estaba encarcelado en una prisión construida expresamente para él, con una celda de tres ambientes y atención médica permanente que le permitía ser trasladado a una clínica en caso de cualquier complicación.

A sus 80 años, Fujimori, que gobernó Perú entre 1990 y 2000, padece algunos males crónicos una hernia, hipertensión, gastritis y unas lesiones en la lengua, conocidas como leucoplasia, de las que fue operado hasta en seis ocasiones.

Fujimori fue condenado en 2009 a 25 años de prisión como autor mediato (con dominio del hecho) de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde murieron 25 personas a manos del grupo militar encubierto Colina, y los secuestros de un empresario y un periodista, considerados todos ellos crímenes de lesa humanidad.

Al ex presidente peruano le quedan por cumplir en prisión más de 14 años de pena, por lo que la terminaría de purgar 2032 con 94 años.

 

 

TFA