Se celebró como un triunfo democrático, y –en un sentido laxo del término– lo fue. A media semana, nos enteramos de que el Partido Encuentro Social, un cónclave homofóbico, antiabortista y no muy propenso a cualquier manifestación de alta cultura distinta a la Biblia, presidiría la comisión de Salud y la de Cultura y Cinematografía. Un regalito de los camaradas diputados de Morena. Y se armó.

Desde simpatizantes del movimiento de AMLO con sentido crítico, caso de Fabrizio Mejía, hasta exponentes del mundo cultural que han mostrado una firme convicción morenista, caso de Sabina Berman, saltaron en medios y redes sociales. Tan saltaron, ellos y muchas personas más, que no habían pasado 24 horas cuando nos informaron que siempre no: que Morena absorbía esas funciones y que PES se quedaba con Trabajo y Deporte.

Y pues eso, se celebró. Porque es celebrable… Es celebrable que los legisladores y los políticos escuchen; es celebrable que rectifiquen; es una buena señal que no usen esa mayoría abrumadora para imponerse sin contemplaciones. Pero hay un par de detallitos, más bien evidentes, que conviene tener en la cabeza.

El primero, que a alguien se le ocurrió darle esos premios a los ciudadanos evangelistas: a alguien, en ese movimiento triunfal que los propagandistas más férreos nos decían que estaba a muerte con los derechos de las minorías y bla bla bla, le pareció una buena idea poner en manos del PES asuntos como la interrupción del embarazo o el uso de anticonceptivos, para no hablar de las expresiones artísticas, que desde hace varias décadas tienen la mala costumbre de necesitar de libertades y criterios laicos.

}A alguien se le ocurrió, sí, que ese partido despreciado por los ciudadanos, sin registro, ese partido fuera del tiempo, talibán, merece vivir con la respiración artificial que le da la izquierda. Ojalá me equivoque, pero sospecho que vamos a ver nuevas intentonas en este sentido. Un segundo detalle es que la comisión cultural se la queda Sergio Mayer, nada que añadir. El tercer detalle es que hay comisiones que mejor no olvidar. ¿Recuerdan quiénes se encargarán de los asuntos ecológicos? Los chicos del Verde, sí. Tiemblen, bosques y manglares.

Dijo Sabina que lo de poner la cultura en manos del PES era “una bofetada” para el gremio. Coincido. Ya que estamos en tiempos bíblicos, también me parece que, de Napito al Verde, al PES, a Bartlett, al gremio le convendría pensar si lo de poner tantas veces la otra mejilla en nombre de la causa no fue una mala idea.