Foto: Daniel Perales También se pondrá lupa a la Brecha de Guerrero y se hará un mapeo de las grietas en el Sur  

A estudio, vulnerabilidad de 10% de construcciones

Un 19 de septiembre como hoy, pero de hace un año, 24 HORAS reveló que en la Ciudad de México hay 270 mil inmuebles asentados en zona de alto riesgo sísmico, que podrían presentar daños en su estructura de ocurrir un temblor con fuerza similar al de 1985. Ese mismo día, a las 13:14 horas, un movimiento telúrico de 7.1 de magnitud cimbró a la capital del país. Un año después, autoridades capitalinas, con apoyo de las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y Autónoma Metropolitana (UAM), preparan tres convenios para identificar, de ese total, 10% de las edificaciones en peligro de sufrir daños con un sismo de magnitud alta.

 

No sólo eso. También se busca ubicar las grietas en la zona sur oriente de la ciudad y medir el riesgo potencial de la Brecha de Guerrero.

 

El director general del Instituto para la Seguridad de las Construcciones (ISC), Renato Berrón Ruiz, detalló a 24HORAS, que con el primer convenio esperan identificar entre 27 mil y 30 mil construcciones que, debido a sus características, tienen alta probabilidad de sufrir deterioros mayores con un temblor de magnitud alta.

 

“Que quede muy claro que alta vulnerabilidad no es alto riesgo, es una alta probabilidad de que sufran daños en un sismo de magnitud importante.

 

“Estas edificaciones hay que sacarlas de esa alta vulnerabilidad, ¿cómo?, pues estudiar una por una, es un proyecto a muy largo plazo. El Gobierno tiene que hacerse de muchos recursos para apoyar a esos edificios, pero es lo que tenemos que hacer, sino queremos sufrir las mismas consecuencias”, expresó el funcionario.

 

Antes de que concluya el año, continuó, se tendrá lista la metodología que se seguirá para ese proyecto, “porque lo mejor que se puede hacer es estudiar bien cómo lo vamos a hacer y no empezar mal”.

 

También estudiarán la brecha

Aseguró que los recursos ya los tienen disponibles y ascenderán a siete millones de pesos para el convenio de grietas; 20 millones para la instrumentación de la Brecha de Guerrero y 1.5 para desarrollar la metodología para identificar la vulnerabilidad de construcciones.

 

Para este último, destacó que la zona de estudio ya no se limita al antiguo Lago de Texcoco, sino que ahora se definió en función de los sismos que ha sufrido la ciudad y los daños que ha tenido.

 

“Después de un sismo está bien definida la zona de densidad de daños, para el sismo del 7 (de septiembre, con epicentro en Chiapas) tenemos una zona; para el del 85 tuvimos otra; para el del 79, cuando se cayó la Ibero, tuvimos otra más; igual para el sismo del 57. Todas se superponen y hacemos una gran envolvente.

 

“Ese envolvente es la zona de mayor riesgo sísmico o mayor peligro sísmico de la Ciudad de México, y ahí adentro de esa zona están esas casi 300 mil edificaciones (vulnerables, que representan 10%)”, resaltó Berrón Ruiz.

 

El último reporte emitido por la Comisión para la Reconstrucción, con fecha del 11 de septiembre pasado, establece que el sismo del 19 de septiembre pasado, que hoy cumple un año, dejó 7 mil 21 inmuebles afectados, de los cuales alrededor de 3 mil 500 son unifamiliares.

 

Patrón de cuarteaduras

El director del ISC añadió que los datos analizados hasta el momento han arrojado un patrón sobre el tipo de construcción que sufre más consecuencias con un movimiento telúrico.

 

“A partir de todos los dictámenes hemos condensado la información en estadísticas y gráficas, y tenemos unas muy interesantes que nos guían hacia dónde debemos de enfocarnos, qué tipos de edificios son los más dañados, los más afectados.

 

“Nos ayuda muchísimo hacia dónde debemos enfocar los reforzamientos de los edificios que no sufrieron daños, pero que tienen todas las características de los que sí los sufrieron”, indicó.

 

Por lo pronto, abundó, tienen detectado que las edificaciones construidas a finales de la década de 1960 y hasta mediados de 1970 son las más afectadas con un temblor.

 

Es evidente, dijo, que hubo cambios en los diseños en ese lapso, pues no se tienen datos de daños en construcciones de las décadas de los 50 o 40, ni siquiera en la de los 20.

 

“Al revisar las estructuras de esa época y los diseños arquitectónicos (entre los 60 y 70) empezaron a ser más audaces, con espacios más abiertos; empezaron a eliminar muros”, puntualizó.

 

Mapeo de grietas 

Acerca del análisis que se hará para las grietas en las zonas de Tláhuac, Iztapalapa y Xochimilco (como en su momento adelantó la jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum), el director del ISC indicó que pretenden tener planos con esas fallas para ubicarlas por calles y predios a lo largo de esas tres alcaldías.

 

Respecto a la instrumentación que se planea para la Brecha de Guerrero, Berrón Ruiz detalló que esa zona no ha tenido registro reciente de sismos.

 

“Y es un área con un gran potencial para generar un gran sismo que afecte a la ciudad, pero la duda es: ¿si no ha generado sismo es porque se ha movido muy lentamente y no se han detectado esos movimientos? o ¿no se ha movido y está acumulando mucha energía que al liberarla ocasionará un gran sismo?”, se cuestionó.

 

A un año del último sismo, Berrón Ruiz consideró que tuvieron avances y aprendizajes para el antes y el después de un evento de esa naturaleza.

 

No se puede bajar la guardia, dijo, pues son necesarios planes de contingencia reales, prácticos y que sí se apliquen y funcionen.

 

“Pudimos ver las diferentes etapas de respuesta del Gobierno, en un principio fue la cédula de inspección postsísmica, que a mí juicio funcionó bien, con algunas anomalías que tenemos que corregir”, comentó.

 

El director ISC expresó que faltó optimizar los recursos por la falta de coordinación entre las dependencias o entre la sociedad civil con el Gobierno. Lograrlo, abundó, se verá reflejado en un protocolo de actuación, en un plan de cómo actuar durante un sismo para que sea muy eficiente la reacción.

 

A pesar de ello, lograron la meta de más de 30 mil edificaciones evaluadas con las células de inspección post sísmica.

 

Por último, Berrón Ruiz dijo sobre el censo de construcciones unifamiliares que los daños se concentran en las alcaldías de Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco, donde ya había afectaciones en algunas casas por las grietas en el subsuelo debido a la pérdida de agua.

 

“Las grietas fueron activadas durante el sismo, esto generó más daños en las viviendas que ya presentaban daños, entonces estas zonas estamos hablando de cientos de edificios dañados en estos territorios, podríamos estar hablando de miles, un número de 5 mil o 6 mil viviendas que salieron afectadas con alto riesgo porque hay otro tanto con riesgo medio y riesgo bajo”, concluyó.

 

fahl