Por Gregorio A. Meraz
@GregorioMeraz1
DESDE WASHINGTON

El Presidente Donald Trump enfrenta un huracán político, que hace aparecer a Florence como mera llovizna.

A la publicación del libro “FEAR (MIEDO) en la Casa Blanca de Trump”, del periodista Bob Woodward, periodista que con Carl Bernstain, difundió el escándalo de Watergate, la carta de un colaborador anónimo de la Casa Blanca y el anuncio de la publicación del libro de Stormy Williams, ex amante del Presidente, esta semana terminó con sorprendentes eventos.

Paul Manafort confidente y ex director de su campaña, quien no reconocía la autoridad del Fiscal Especial y al que Trump elogió la semana pasada cuando su ex abogado personal Michael Cohen anuncio que cooperaría con Robert Mueller, terminó por declararse culpable de evasion Fiscal, no registrarse trabajando como Agente Extranjero y tratar de obstruir la justicia, ante la Juez Federal Amy Berman.

“Me siento mal por Paul Manafort y su maravillosa familia”, dijo Trump la semana pasada en su cuenta de Twitter.

“La justicia tomó un caso viejo de impuestos y otras cosas para presionarlo pero a diferencia de Michael Cohen, el rechazo quebrarse y crear historias para obtener un convenio; respeto su valentía” señaló.

Información de Manafort podría implicar al presidente Trump

El convenio en el que Manafort podría implicar al Presidente, se produce en momentos en que Trump aumenta la escalada de la guerra comercial con China con 200 mil millones de dólares más que anunciará en el curso de esta semana, enfrenta una violenta y tensa confrontación con senadores que podrían no confirmar a Brett Kavanaugh, su nominado para la Suprema Corte de Justicia ahora acusado de asalto sexual y sigue enfrascado en una absurda confrontación por Twitter, insistiendo en que el huracán María causó sólo 16 muertes en Puerto Rico, en lugar de mas de tres mil fallecimientos.

Igual que hizo cuando difundió la version de que Barack Obama “no era ciudadano de este país”, los “Musulmanes que vio en Estados Unidos celebrando los ataques terroristas”, cuando aseguró que “el papá de Ted Cruz participó en el asesinato de John F. Kennedy” o que “de 3 a 5 millones de indocumentados votaron ilegalmente, arrebatándole la mayoría del sufragio popular”

Tras un convenio con el Fiscal Robert Mueller, que podría reducir su sentencia de 80 años del juicio anterior a sólo 10, Manafort “testifica ya sobre todo lo que sabe acerca de la eventual conspiración de algunos estadounidenses con el gobierno de Rusia, para influir en resultado de la Elección Presidencial de 2016, al tiempo que se compromete a entregar toda la evidencia de que disponga, participar en reuniones y cooperar de todas las formas en que se le requiera en la investigación”.

Manafort se había resistido a un acuerdo con Mueller, confiando en que pronto sería perdonado por el Presidente, pero no fue así. Los abogados convencieron a Trump de esperar hasta el final de la Investigación. Y ahora, aunque quisiera hacerlo, el acuerdo de Manafort con la Fiscalía, no lo permite.

Manafort estuvo al Centro de Acciones del comité de campaña

Según analistas legales, por su papel importante en la campaña de Trump, sus conexiones con Oleg Deripatska, intimo amigo del Presidente ruso, Vladimir Putin, y con Konstantin Kilimnik, ligado al GRU o Servicio de Inteligencia Rusa, Manafort debe tener información sumamente importante para el Fiscal, quien estuvo de acuerdo en que se retiraran de 5 a 7 cargos fuertes que enfrentaba a cambio de cooperación que le permitirá cerrar la investigación, no sin antes entrevistar a Donald Trump.

Con Manafort, Mueller ha logrado convertir a 4 leales aliados del Presidente Trump en valiosos testigos para su investigación: Rick Gates; el General Michael Flynn; Michael Cohen, ex abogado personal de Trump; George Papadopulos, ex asesor de Política Externa del Comité de Campaña; ademas de Richard Pinedo, el hombre que vendió múltiples cuentas bancarias a 13 ciudadanos rusos que manejaban el sitio de internet Auction Essistance que usaban en la guerra de Internet para favorecer a Trump y que ya fueron consignados por Mueller, igual que 12 funcionarios de la Inteligencia Rusa.

La primera sentencia en la Investigación del Rusiagate fue la de  Alex Van Der Zwan, abogado holandés hijo de prominente banquero basado en Rusia, quien entregó grabaciones secretas al fiscal. Der Zwan, casado con la hija del multimillonario alemán Germán Khan, dueño del Grupo Alfa estuvo ligado a operaciones de Manafort.

“Al aceptar su responsabilidad Paul Manafort quiere asegurar que su familia continue a salvo y disfrute de una buena vida” dijo Kevin Downing, su abogado defensor.

El presidente no hizo nada equivocado: Casa Blanca

La Casa Blanca trató de ocultar tensión y nerviosismo con una declaración similar a las de acuerdos de cooperación de otros testigos claves.

“Esto no tuvo que ver absolutamente nada con el presidente y su victoriosa Campaña Presidencial de 2016” dijo la vocera Sarah Huckabee, en un comunicado.

“Nuevamente, la investigación concluye con una declaración de culpabilidad que nada tiene que ver con el Presidente Trump o el Comité de Campaña de Trump” agregó diciendo que “La razón es: que el Presidente no hizo nada equivocado”.

El comentario que coincide con los tuits diarios de un presidente Trump claramente más tenso y nervioso, quien diariamente repite el mantra: “No hay Colusión ni Obstrucción” y “Witch Hunt” o “Cacería de Brujas” genera burlas de expertos legales que saben que no se puede hablar de culpabilidad o inocencia hasta que el Fiscal Especial Robert Mueller entregue sus conclusiones finales, lo que no ha ocurrido y por reglas de procedimiento, ni el propio presidente puede saber cual es la información y evidencia con que cuenta el Fiscal, aunque lo imaginan.

Rudy Giuliani, abogado personal del presidente Trump, hizo una declaración en el mismo sentido, asegurando que “Manafort no tiene información que pueda implicar al Presidente además de que él y el Presidente tienen un acuerdo conjunto de defensa:” en el que sus abogados comparten información.

Paul Manafort brinda al fiscal Mueller la version de un testigo dispuesto a cooperar, participe de los eventos más relevantes que investiga, como la reunión en la Torre Trump en Junio de 2016 con la comitiva del Kremlin, encabezada por la abogada Natalya Veselnitskaya, a la que acudieron Donald Trump Jr., Jared Kushner, yerno del presidente y Manafort entre otros “para recibir información potencialmente dañina contra Hillary Clinton” proporcionada por el “Fiscal de la Corona Rusa”, además estuvo a cargo de la campaña cuando se cambió el apoyo a Ucrania, por uno más favorable a Rusia y tiene información de los contactos con oficiales de ese país.

Cooperación de Manafort es “Caliz Sagrado” de Rusiagate

Robert Mintz, ex fiscal Federal, asegura que “este es un gran triunfo para la investigación de Mueller, porque la cooperación de Manafort, siempre había sido vista como el “cáliz sagrado” de la averiguación”, ya que el ex Director de Campaña sabe y podría proporcionar información masiva, potencialmente dañina para el Presidente.

Además de limitar el nímero de cargos y reducir sentencia, los fiscales tienen a su favor otras cartas. Como parte del acuerdo, el gobierno podría decomisar 5 propiedades a Manafort, valuadas en millones de dolares, incluyendo su departamento en la Torre Trump, de New York, así como cuentas bancarias y seguros de vida, que eventualmente en ultima instancia también podrían ser negociados.

Ademas podría revelar posible perjurio de otros involucrados que testificaron bajo juramento ante el Fiscal Especial y los Comités de Inteligencia y Judicial del Senado y la Cámara baja, asegurando que “en la reunión sólo se habló de la Ley Magnitsky, que establece sanciones a funcionarios rusos” sin profundizar sobre la oferta de material dañino contra Clinton, que el mismo Trump publicitó en intervenciones de esas fechas.

Interés público sobre Impeachment contrasta con preocupación de analistas

Pero mientras en la opinión pública aumenta la esperanza de que Donald Trump sea enjuiciado políticamente, expertos recuerdan la naturaleza diferente, origen y limitaciones del Fiscal Especial Robert Mueller, su oficina y la posibilidad de que su reporte, por demoledor que sea, podría nunca ver la luz publica.

Esta es la razón:

Robert Mueller es Fiscal Especial nombrado por el Departamento de Justicia, con el mandato de investigar si el Comité de Campaña de Trump se coludió o coordinó con el Kremlin, a diferencia de Kent Starr, Fiscal Independiente que investigó al ex presidente Bill Clinton por el caso de White Water y terminó enjuiciando políticamente por la relación con Mónica Lewinsky.

Ken Starr operó bajo el Estatuto de “Fiscal Independiente con amplias facultades” con el mandato de “encontrar información Substancial y creíble de que el Presidente William Jefferson Clinton hubiera cometido actos que constituyeran fundamento para un juicio político” que debía plasmar en un reporte para ser entregado al Congreso.

Ante la expiración de ese estatuto, en 1999, Robert Mueller fue nombrado Fiscal Especial por el Departamento de Justicia, con facultades más limitadas, bajo la Sección 600.8 del Capitulo 28 de su Código de Procedimientos, con el mandato de “elaborar un reporte CONFIDENCIAL para el Procurador General de Justicia, explicando decisiones de procesamiento o declinación de acuerdo al resultado de sus investigaciones”.

En caso de que el Fiscal Especial encuentre elementos para “otra acción fuera del Departamento de Justicia, como Juicio Politico” deberá consultar con el Procurador el “componente adecuado para cualquier acción”, lo que ninguna ley o reglamento exige al Procurador, quien podría optar por no hacer nada.

Cualquier difusión de material del Fiscal, “debe hacerse en cumplimiento con restricciones legales” que constituyen numerosas barreras.

La única discusión a la que el Procurador General está obligado es con integrantes de los Comités Judiciales y líderes de las dos Cámaras del Congreso, si llega a la conclusion de que “la accion propuesta por el Fiscal Especial fue tan inapropiada, que no debe llevarse a cabo”.

Numerosos reglamentos impiden a Mueller difundir públicamente el resultado de sus investigaciones, excepto “lo que este dentro de los lineamientos del Departamento de Justicia en caso de investigaciones criminales” que prohibe dar detalles. Hay que recordar que eso precisamente fue una de las bases para el despido de James Comey, de la Dirección del FBI.

De tal forma que mientras Kenn Starr debía presentar un reporte con posibles ofensas para un Juicio Politico, Mueller no puede difundir al público ni hablar con el Congreso los detalles de su investigación, que debe entregar en un reporte confidencial al Procurador General o en su caso al SubProcurador Rod Rosenstein, quien maneja el caso.

Rosenstein podría sentirse obligado a notificar al Congreso en caso de desacuerdo con Mueller. Aun cuando Rosenstein quisiera entregar el reporte de Mueller al Congreso o difundirlo públicamente, hay otros impedimentos:

Mucho del material y evidencia de la investigación fue obtenido con la aprobación del Gran Jurado que, bajo la Regla 6(e) del Código de Reglas de Procedimiento del Departamento de Justicia, “prohibe la difusión de ese material, sin excepción alguna”. Además, una gran parte de la evidencia, son documentos clasificados que no podrían difundirse públicamente, como órdenes de vigilancia de las Cortes Secretas contra el terrorismo, grabaciones de llamadas interceptadas por la Agencia Nacional de Seguridad y otra evidencia de Agencias de Inteligencia.

Hay sólo un precedente que podría utilizarse y fue el de Leon Jarowski, quien fue el Fiscal Especial del escándalo de Watergate, quien pudo salvar ese obstáculo y entregar el reporte al Comité Judicial de la Cámara baja.

Si la mayoría de integrantes del Comité Judicial exigiera ese material, podría exigirlo, pero considerando el servilismo del liderazgo republicano al Presidente Trump, esa es una posibilidad que todos han descartado.

Por lo que se espera que Mueller sólo discuta el resultado de su investigación con un grupo selecto de los Comités del Congreso y sólo una parte desclasificada y redactada de nuevo pueda difundirse al público, lo que podría verse en el curso de los próximos dos meses, si continúa la presión de la Casa Blanca porque el Fiscal Independiente concluya la investigación.

LEG