Foto: Rodolfo Angulo Quienes llevan una vida minimalista aseguran, que es una forma de enfocarse en lo que realmente importa, encontrar la paz y un camino en busca de la libertad  

El llevar un estilo de vida minimalista no es sinónimo de deshacerte de las cosas que más te gustan. Es abrirte un espacio de quietud en un mudo que anda a mil por hora; incluso, es administrar las finanzas personales de mejor modo, ya que no comprarás cosas que no son necesarias.

Quienes llevan una vida minimalista aseguran, que es una forma de enfocarse en lo que realmente importa, encontrar la paz y un camino en busca de la libertad… platicamos con Pedro Campos, autor de La vida minimal: cómo vivir ligero en un mundo pesado.

Pedro Campos es originario de Mexicali y reside en Monterrey; escribe canciones cursis, cocina, dibuja y toma cerveza con su esposa y su perro Lupo. Además, escribe un blog donde te cuenta el porqué y el cómo de una vida simple.

Vivir una vida que basara metas y no en objetos

¿Cuál fue tu camino hacia una vida minimal?
-Empecé con un libro, The power of less, me adentró en este tipo de vida más simple. Yo sabía que eso era lo que quería, pero faltaba que alguien me lo pusiera en palabras. Comencé a aplicarlo, no nada más a leerlo y con esto, poco a poco me fui adaptando hasta que quise transmitirlo.

El libro está escrito en inglés, esa fue una de las razones por las que me decidí a hacer el mío.

¿Qué cosas dejaste ir?
-Las pertenencias, revisé partes de mi casa y vi qué cosas no usaba o que ni iba usar o que no tenían valor. Dejé ir mucha ropa, cosas que ni sabía por qué tenía ahí, objetos de la cocina y me fui quedando con menos cosas.
Si vas a mi casa, no te encontrarías un lugar vacío. Todavía hay cosas que, a lo mejor, puedo evaluar si se quedan o se van, pero ya hice un gran avance.

¿Qué fue lo que mas trabajo te costó dejar?
-Algo que me sigue costando trabajo y es importante dejar, son algunos proyectos e ideas. Cuando se te ocurren mil cosas por hacer y descubres que no puedes hacer todo al mismo tiempo; me cuesta dejar ir ciertas ideas que se me ocurren. En lo material todo fluyó.

Tu esposa no mantenía este estilo de vida ¿Cómo lo manejaron?
-Al principio sí le tiré indirectas para que lo intentara, pero me di cuenta de que no funcionaba. En el libro, digo que no es bueno obligar a tus parejas a hacer esto. Cuando vio cómo quedaban mis cajones y que mi closet quedaba súper bonito, le llamó la atención y empezó a hacerlo. Ahora ya estamos de lleno los dos, estamos muy compenetrados en esta vida.

¿Es más barato?
-No necesariamente, es una vida donde le damos mejor uso a nuestro dinero. Puede ser que nuestro dinero se nos vaya en cosas más importantes o por lo menos tenemos más libertad financiera.

En lo minimal, no sólo es lo material, ¿qué cambiaste en tu forma de pensar?
-Lo material es la puerta de entrada, una probadita de lo que puedes lograr. Los verdaderos cambios surgen cuando haces cambios como hábitos, cómo usas tu tiempo, cómo piensas, a qué sentimientos te aferras mentalmente y es mejor soltar.

¿Cómo es un día en tu vida?
-Sí tengo una rutina. Me gusta despertar temprano, salgo a hacer ejercicio -a correr-, luego camino a mi perro, me baño, desayuno, medito y me pongo a trabajar. Luego hago la comida; mi esposa es maestra y me gusta que cuando llega ya le tengo la comida lista. Una vida muy tranquila.

¿Tu libro es un manual para ser felices?
-Tal vez no es un manual como tal, pero es una alternativa para encontrar un espacio para ser felices.

LEG