Efraín López Cerón Maritza Buendía afirmó que la novela busca plasmar las distintas facetas del personaje, una adulta joven de 21 años, desde su infancia, hasta su desarrollo  

Los pies del hombre desempeñan un papel importante en el juego erótico de las mujeres.

La autora Maritza M. Buendía comentó al presentar su libro Jugaré contigo que en la literatura erótica ya se sabe que va a haber voyeurismo y fetichismo; aseguró, que se tiene que recurrir a las mismas perversiones de siempre.

“Lo común es que sean los hombres los que tienen esa fijación por los pies de una mujer, lo que yo hice fue darle un giro al personaje y pensar qué sucedería si la historia fuera una mujer que tiene fijación por los pies de los hombres”, dijo la docente de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

Afirmó que la novela busca plasmar las distintas facetas del personaje, una adulta joven de 21 años, desde su infancia, hasta su desarrollo. “Susana es una mujer fuerte y arriesgada, que le propone a un hombre llamado Levent que la prostituya por cinco noches en una de las vitrinas de Amberes, Bélgica; ahí se empieza a dar entre los amantes una serie de encuentros sexuales, donde también hay una complacencia de sus cuerpos”, relató la autora.

Al ser cuestionada sobre cómo la lectura de su libro causaría pasiones por un lado y malestares por el otro, explicó que no es fácil escribir literatura erótica por los viejos tabúes que se llevan arrastrando desde hace mucho tiempo.

“Al principio sí me dio pudor con el lenguaje, pero a la vez está bien sentir ese pudor, porque si no sintiéramos pudor con el lenguaje, entonces quiere decir que ya no nos importa, que ha perdido todo su significado y su peso, era un doble juego al momento de decir las cosas como son”, detalló Buendía.

La también ganadora del Premio del Ensayo Literario José Revueltas 2011 destacó su inclinación por autores como el escritor mexicano Juan García Ponce, donde su narrativa se caracterizó por ser erótica; del francés Pierre Klossowski por el ensayo que hizo sobre El baño de Diana; y de la cuentista mexicana Inés Arredondo, donde todos sus personajes no siempre tienen final feliz.

LEG