Foto: Captura de pantalla El Sexto Informe resalta que el gobierno federal refrendó su compromiso de mantener finanzas públicas sostenibles  

En 2018 se anticipa el cumplimiento de las metas fiscales, de las cuales se espera que la medida más amplia de la deuda del sector público continúe su trayectoria a la baja y alcance un nivel de 45.5% del Producto Interno Bruto (PIB).

 

Así los destaca el Sexto Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, documento entregado la víspera al Congreso, el cual afirma que el manejo responsable de las finanzas públicas sienta las bases para la consolidación fiscal de largo plazo.

 

El texto señala que esta consolidación fiscal se caracteriza por la trayectoria decreciente del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), así como por un equilibrio presupuestario en el balance sin inversión de alto impacto económico y social.

 

Así, para 2018, se anticipa el cumplimiento de las metas fiscales, con unos Requerimientos Financieros del Sector Público y un déficit sin inversión de alto impacto equivalentes a 2.5 y 0.0% del PIB, respectivamente, así como un superávit primario de 0.8% del PIB.

 

“En ausencia de movimientos no anticipados en el tipo de cambio, se espera que el SHRFSP (la medida más amplia de la deuda del sector público) continúe su trayectoria decreciente y alcance un nivel de 45.5% del PIB”, argumenta en el último Informe de Gobierno.

 

Así, la deuda del sector público como porcentaje del PIB pasó del nivel máximo alcanzado en esta administración de 48.7 por ciento, en 2016, a un estimado para el cierre de este año de 44.5%.

 

El Sexto Informe resalta que el gobierno federal refrendó su compromiso de mantener finanzas públicas sostenibles y desde 2013, con la materialización de la reforma hacendaria, fortaleció de manera permanente los ingresos tributarios con lo que se logró reducir la dependencia de los ingresos petroleros.

 

Refiere que al inicio de la administración, la recaudación tributaria representaba sólo 8.3% del PIB, lo que ubicaba al país en los últimos lugares entre las naciones de la OCDE, e incluso por debajo de países de América Latina que tienen un nivel de desarrollo similar.

 

No obstante, la reforma hacendaria ha permitido fortalecer la estructura de los ingresos totales, otorgándoles mayor estabilidad, aumentando el número de contribuyentes y mejorando la eficiencia recaudatoria.

 

El documento reporta que los ingresos tributarios pasaron de 8.3%, en 2012, a 13.1% del PIB al cierre de 2017, el número de contribuyentes se incrementó de 38.4 millones en noviembre de 2012 a 68.4% en junio de 2018, es decir, 78% más.

 

Además, disminuyó la dependencia de los ingresos petroleros, los cuales de 2012 a la fecha de comparación pasaron de representar 8.8 a 3.8% del PIB, y de 39.4 a 16.7% de los ingresos públicos totales.

 

Durante el sexenio, agrega el texto, el gobierno de la República ha realizado esfuerzos adicionales para ajustar los niveles de gasto del gobierno federal.

 

Destacan las reducciones preventivas en el gasto público efectuadas entre 2015 y 2018, por un total de 288 mil millones de pesos, así como las reformas a los sistemas de pensiones de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

 

En reconocimiento al adecuado manejo de las finanzas públicas, a los sólidos fundamentos macroeconómicos y a la implementación de las reformas estructurales, en 2017, las principales agencias calificadoras mejoraron la perspectiva de la calificación crediticia soberana de México a estable.

 

Asimismo, en 2018 ratificaron dicha perspectiva, lo que se traduce en condiciones de financiamiento más convenientes para el país, expone en el documento en el apartado titulado “Mantener la estabilidad macroeconómica del país”.

 

DPC