Foto: Cuartoscuro Un grupo de extrabajadores de la desaparecida Ruta 100 se manifestaron afuera de la casa de transición del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para pedirle su apoyo en la solución de conflictos laborales  

Un grupo de extrabajadores de la desaparecida Ruta 100 se manifestaron afuera de la casa de transición del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para pedirle su apoyo en la solución de conflictos laborales.

 

Al llegar frente a las oficinas ubicadas en el número 216 de la calle Chihuahua, el presidente de la Comisión Liquidadora de Ruta 100, Jorge Cuellar Valdez, señaló que lo que piden es el pago de derechos a sus compañeros por parte de diversas empresas.

 

Además, señaló que supuestamente les corresponden 360 millones de dólares de un fideicomiso, pero no han recibido nada, por lo que piden audiencia con López Obrador para que los apoye.

 

Añadió que aunque ya presentaron las denuncias correspondientes, las ampliarán, “porque nada más estaba por las 45 rutas de GMT (Grupo Metropolitano de Transporte) y los 547 autobuses. Hoy vamos a ampliar porque hay 240 metrobuses que también son de los trabajadores de Ruta 100”.

 

De acuerdo con Cuellar Valdez el fideicomiso señalado sería utilizado para la creación de empresas y fuentes productivas, a fin de que los trabajadores recibieran beneficios, rendimiento empresarial e intereses del dinero.

 

Por separado, el presidente de la empresa GBS Air Enterprise Inc., Gustavo Jiménez-Pons, manifestó su interés por adquirir el avión presidencial TP-01, así como otras aeronaves de la flota del gobierno federal.

 

Entrevistado en la calle de Chihuahua 216, donde acudió a entregar el documento que manifiesta su intención de comprar la aeronave, consideró que “el precio de este avión nuevo es de 220 millones de dólares, ése era el avión de demostración de la Boeing, entonces se adquirió por un precio de 125 millones de dólares”.

 

Calculó que al tipo de cambio de entonces, cuando se compró con un seguro de cobertura cambiaria, el costo habría sido de entre mil 800 y mil 900 millones de pesos, por lo que “lo menos que pensamos es que la oferta ronde esa cifra, a pesar de su uso”.

 

Explicó que el interés de la empresa es adquirir el avión, con las modificaciones ejecutivas con que cuenta para poder, de acuerdo con el giro de esa compañía, ofrecerle al propio titular del Ejecutivo utilizarlo para viajes al extranjero, así como a otros mandatarios de naciones que no cuenten con un avión de este tipo, o incluso a bandas musicales de carácter internacional.

 

Agregó que también están interesados en la aeronave por sus condiciones y capacidad de pasajeros, por lo que se negociaría para llegar a un precio de compra final. “La intención de GBS es ser el primero en manifestar su intención de comprar dicho avión para los fines propios de la empresa”.

 

El empresario indicó que también están interesados en el arrendamiento de las instalaciones del Hangar Presidencial y, de ser posible, subcontratar los servicios al Estado mexicano, del personal de mantenimiento.

 

Resaltó también su interés por adquirir otros aviones de la flota al servicio de la Presidencia de México, como los aviones tipo Grumman, por ser los que más se ajustan a los intereses de la empresa, pero no en los helicópteros tipo Puma.

 

Sin embargo, Gustavo Jiménez-Pons puntualizó que también le gustaría coadyuvar para ofertarlos en el mercado a los precios que dictaminen las autoridades nacionales.

 

fahl