Foto: Gabriela Esquivel Desde la semana pasada, se podían observar en la puerta de proveedores la salida de muebles usados y el acarreo de objetos y cajas  

En el Congreso de la Unión se encuentra todo listo para el pase de estafeta a la LXIV Legislatura que será constituida el 29 de agosto próximo, en una sesión de Congreso General en el Palacio Legislativo de San Lázaro; incluso, las oficinas de los legisladores, en ambas cámaras, comienzan a verse vacías y sólo se encuentra el personal sindicalizado.

En la Cámara de Diputados desde hace 15 días los diputados federales de la LXIII Legislatura empezaron a sacar sus cuadros, esculturas, plantas de ornato y todos los artículos personales de sus oficinas, para dar paso a que los diputados entrantes hagan uso de las mismas.

En algunos casos se puede observar a personal de mantenimiento que ya comienza a remozar los espacios que han quedado vacíos, y otras oficinas ubicadas en los edificios B y F del recinto de San Lázaro ya cuentan con los sellos de la Contraloría, lo que significa que han sido entregadas de manera formal.

En el Senado de la República también han comenzado a despersonalizar las oficinas de los legisladores y de los asesores, con el fin de retirar objetos personales, no de la Cámara.

Desde la semana pasada, se podían observar en la puerta de proveedores la salida de muebles usados y el acarreo de objetos y cajas.

Incluso, de cara a la entrega-recepción, a algunos jefes de área, directores y asesores han comenzado a cancelarles la cuenta de internet y la clave para hacer llamadas telefónicas.

Los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, Edgar Romo y Ernesto Cordero, respectivamente, han garantizado una transición ordenada y sin contratiempos.

Aunque ha trascendido que Morena quiere el edificio B de San Lázaro, le corresponderá a las respectivas Juntas de Coordinación Política de la próxima legislatura definir los espacios que tendrán los nuevos legisladores, de acuerdo con el número de integrantes de cada grupo parlamentario.

LEG