Foto: Especial El astro argentino esculpió una vez más su nombre en las páginas gloriosas del Barcelona al convertirse en el jugador con más títulos con la camiseta blaugrana  

No es tema de estos días comentar que Lionel Messi es ya uno de los mejores futbolistas de la historia, para muchos, sin duda, el mejor. Tampoco es una novedad que sea nombrado año tras año el goleador, asistidor o el mejor jugador de algún partido o competencia entera.

 

La tónica que ha enmarcado su carrera desde que debutó, literal, con un gol en la mente, el deseo y después en sus botas y frente a su afición, es la constante a la cual nos ha malacostumbrado, pues cuando no rebasa la marca que él mismo puso anteriormente, nos parece raro. Sí, el argentino nos ha hecho ver que los logros extraordinarios que se adjudica junto a su equipo sean vistos como algo común.

 

Apenas empieza una temporada para Messi y sus camaradas blaugranas, y ya se instaló nuevamente a la cabeza de otro sector. Este domingo con el triunfo ante el Sevilla por la Supercopa de España, Lio rebasó a Andrés Iniesta como el jugador con más pendones en la historia del FC Barcelona.

 

No sólo es España; Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y otras latitudes del Viejo Continente han sido testigos de la fabulosa maquinaria que nació bajo el mando de Joan Laporta y donde los primeros engranes los colocó Frank Rijkard, todo esto, claro está, con la influencia que plasmó el mítico Johan Cruyff desde su etapa como jugador y como técnico.

 

En aquellos años, los primeros del siglo XXI, Messi se formó en La Masía, absorbiendo en el día a día la esencia que llevó Cruyff desde Holanda y que se enriqueció con la combinación de talento en su formación en la Ciudad Condal. Obviamente, sus condiciones naturales, las cuales han sido llenas de alabanzas, fueron las primeras que lo pusieron ahí y son las que ahora lo ponen en un pedestal más alto.

 

Es de admirar el apetito insaciable que tiene de continuar con la misma dinámica a la cual no se cansa de replicar junto a sus colegas y a la que a pesar de que pasaron directivos, entrenadores y compañeros en el campo, Lio se ha encargado de mantener vigente, porque sabemos que más temprano que tarde, ésta, buscará otros aires, otros colores y otros portadores. No por otra cosa que por la misma naturaleza que nos recuerda que nada se mantiene igual para siempre.

 

fahl