Foto: Rodolfo Angulo Me gusta ser un fotógrafo y de grabadora que se trae las cuestiones del pasado que se creían olvidadas: Horacio Garduño  

Tres amigos, un bonche de recuerdos y música se convierten en la fórmula perfecta para el escritor Horacio Garduño -autor de New wave. En busca de la memoria- en su apasionante viaje sobre la mente, la familia y las tocadas de una banda de post-punk.

 

Platicamos con el cuentahistorias, y nos relata cómo recorre la ciudad en su obra, por calles que has caminado, parques que has visitado y una playlist directa de las décadas de los 70 y 80.

 

Vamos a empezar con esta pregunta que formulaste en tu cuenta de Twitter, ¿si borramos nuestro pasado perdemos nuestra esencia?

 

-Yo en lo personal, creo que sí. Somos nuestro pasado, nuestro presente y nuestros planes; además, nuestras cicatrices y lo que recordamos que hemos sido. Lo que somos en el presente, es producto de lo que hemos vivido. Si perdemos los recuerdos, como en las personas que tienen Alzheimer, es como morir en vida.

 

¿Por qué escribir un libro de música punk?

-Mi forma de ver las cosas ha ido con una estética artística que prevalece en el momento. Cuando yo era chavo sonaba la música de los Sex Pistols y son momentos estéticos, sociales e individuales. La gente sigue los movimientos cuando son genuinos; entonces quise hacer la historia de una chava que estuviera en 1979, que era cuando el punk resonaba en EU y estaba por llegar a México. Los jóvenes de aquel entonces sí estaban viviendo de forma punk, llegó a México y hubo gente que se sumó al proyecto – y no por moda- por una actitud genuina ante la vida.

 

¿Podemos encontrar memorias tuyas dentro de la historia?

-Sobre todo en el personaje principal, Lucrecia. Ella se aferra a sus recuerdos, le llegan de una forma fortuita porque ella empieza a superar esta cuestión terrible que le ocurrió en el pasado y que por protección su memoria realizó una especie de amnesia. Empieza a recuperar recuerdos y con ella a sí misma.

 

Lucrecia es de la ciudad, ¿cómo eliges los lugares por donde anda?

-Jugué mucho con lugares que ya no existen y lugares que en aquel entonces no existían, como el Museo Tamayo y otros que nunca han existido, como la casa de la mamá de uno de los personajes. Ves que existe esto de hacer el recorrido por los lugares de los que habla la novela, en mi caso, si uno llega a ese lugar encontraría un terreno baldío; es porque nunca existieron. No para molestar a nadie, sino para mostrar diferentes facetas de la ciudad.

 

 

En el libro existe un piano que está asociado con el pasado de Lucre, ¿por qué este instrumento evoca ese momento?

-Es un símbolo del pasado. Lucre estudió piano clásico y lo toca muy bien. Ella quiere romper con el pasado y el piano, por la música clásica es un símbolo muy claro de lo pasado. Aunque en un punto de la historia lo va a recuperar de alguna forma, se vuelve parte importante de ella, regresa.

 

¿Alguno de tus trabajos se ha llevado a la pantalla?

-No, yo tengo toda la apertura a que eso ocurra y me lo han preguntado mucho. New Wave es una historia muy filmable. Sería una película entre comercial e indie, que tienen mucho de sicología y de romance.
Escucha el soundtrack del libro, aquí.

 

 

El ping pong

Es un juego de dos, por lo que yo te voy a decir una palabra y me contestas lo primero que te venga a la mente.

 

Música

Es la mitad de la vida.

 

Enseñanza

Aprender de lo vivido.

 

Vicios

Necesarios

 

Amor

La otra mitad de la vida.

 

Amistad

Es parte del amor, no hay distinción.

 

Memoria

Esencia, la huella que está en nuestra mente por haber vivido la vida.

 

Intimidad

Lo necesario para poder encontrar el amor y la amistad que sostiene la vida.

 

Pasado

Algo que la gente niega y para mí es indispensable

 

Presente

La consecuencia natural de las decisiones que hemos tomado.

 

Futuro

Una consecuencia natural de como acepto mi pasado en el presente, mi futuro depende de ello.

 

fahl