¿Pueden los “cargos de conciencia” y las “culpas” de René Bejarano impedirle reintentar “todas las formas de hacer política”?

 

Si algo sabe Bejarano es cuándo hace labor de zapa, cuándo mediática, cuándo de agitación y cuándo de negociación en la mesa “plaza por plaza”.

 

Uno de los errores en la valoración de lo que pueden hacer la disciplina y la voluntad de un político determinado lo cometió mi querido profesor Miguel Ángel Granados Chapa, quien en 2004, cuando Bejarano -de ser “campeón de todas las batallas”, según expresión de Marco Rascón– pasó a ser el Señor de las Ligas, de acuerdo al cliché de todo mundo, consideró que el profesor universitario convertido en activista y líder social desde los años 80 estaba “políticamente muerto”.

 

Bejarano está tan vivo como su maquillaje, la tintura de sus canas, los injertos en su cabello y la reestructuración del Movimiento Nacional por la Esperanza (MNE) como una “asociación civil” con disposición de liderazgo dentro de Morena, el partido que arrasó en las elecciones y al que se sumó el agrupamiento bejaranista hace menos de un año y respecto del cual ha imitado y tropicalizado ideas, afirmaciones y programa del fundador del partido en el Gobierno a partir del próximo diciembre.

 

A fin de cuentas, las ideas ni son exclusivas de una de las expresiones de las izquierdas ni de la izquierda misma.
Sin dejar de tener programa propio -como lo han hecho muchos más, incluidos militantes y dirigentes de MC y del PRD, entre ellos Enrique Alfaro, de Jalisco, y el líder habilidoso Dante Delgado, también ex priista y, por ahora, el único ex convicto de Movimiento Ciudadano-, Bejarano copia ideas y las pone a consumo de amplios segmentos, y sabe que para estar en las etapas siguientes, especialmente 2021, ha comenzado “la política en todas sus formas”, como señaló en la conferencia de prensa de la semana pasada.

 

Por ello, ahora Bejarano se concentra en la organización de todos aquellos que en esos partidos advierten, como cualquiera que observe, que la política en los próximos años será Morena. Más dentro de ella que fuera del partido dirigido por Andrés Manuel López Obrador y que podría quedar básicamente en la misma dirección formal que encabeza con pasión Yeid-ckol Polevnsky.

 

En las bases y cuadros medios de todos los institutos políticos saben que se ha construido la obra negra de una nueva aplanadora. La obra gris y los terminados le corresponderán a los liderazgos que lo entiendan. Bejarano ya alzó la mano.

 

El Congreso del próximo 19 de diciembre tuvo a todos los equipos internos de Morena trabajando este fin de semana. Cuando ellos empezaban, Bejarano ya mostraba fuerza o el equivalente llamado “acarreo” de expresiones más exigentes, incluidas las de la derecha que no halla por dónde y con quién.

 

El fin de semana pasado, Bejarano lanzó un mensaje de fuerza y organización, su “obsesión” disciplinaria y organizativa; su metódica pretensión de resolver anticipándose y ajustando el volumen de su puja para cada batalla después de la cual “cada quien que se lleve a sus muertos y las posiciones que gane”.

 

El vecino de la delegación Benito Juárez, con muchas amistades y aliados entre al menos la tercera parte de los liderazgos nacionales y capitalinos del Morena actual, la misma que tardó tres años en reconocer como auténtica y única opción política viable, desde que fue iniciado, como una manera de negociar posiciones dentro del PRD y ahora en Morena, partido de cuya coordinación en la Cámara de Diputados quisiera que se hiciera cargo su esposa, la militante y activísima Dolores Padierna. Aunque todo indica que ese espacio será, merecidamente, para Mario Delgado, un fundador del partido de AMLO.

 

Bejarano cometió el error de confiar en Carlos Ahumada en 2004, creyendo que no lo grabaría mientras recibía una millonada en dinero líquido que disciplinadamente nunca ha explicado para quién y para qué.

 

Una trampa en video y en reacciones públicas que a Bejarano y a otros con más indignación organizada, disciplina y ética no les importa tampoco, mientras, por ahora, no sea relevante y no sea necesaria la contención de Bejarano.

 

@guerrerochipres