El Congreso Nacional Extraordinario de Morena, el próximo 19 de agosto, apuntalará el proceso del creciente empoderamiento nacional del que es ahora el principal partido político nacional.
Lo hará al extender el liderazgo de Yeidckol Polevnsky hasta 2019.
En vez de sujetarse al rejuego de poderosas corrientes internas de extensión nacional o regional y estatal, Morena evitaría distraerse al desestructurar al nuevo bloque dominante. En vez de ello, ese partido decidirá a favor de consolidar el proceso operativo del Gobierno en lo federal y lo estatal.
El estilo de la ex dirigente empresarial y mujer de toda la confianza del Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, así como el respaldo de diversos segmentos de los agrupamientos de diversas corrientes de expresión a las que respaldó sin miramientos en los últimos seis meses, son algunos elementos para considerarla -en primer lugar- como lo es la plataforma territorial, representativa y de argumentos para que entre los morenistas se le vea como una candidata sin rival.

Las excepciones a ese criterio parecen por ahora minoritarias y no están en condiciones de imponerse en los próximos 10 días para generar un resultado distinto al que advertimos.
El de Polevnsky es un modo de compromiso claramente diferenciado del tipo de presencia que en la opinión pública tienen lideresas carismáticas como Tatiana Clouthier, quien sin pretender asumir la dirección nacional de ese partido, encarna exactamente lo opuesto a Polevnsky: renuencia crítica, explicada o no, para respaldar al conjunto de candidatos.

Para decirlo como se observó durante la campaña, mientras AMLO y Yeidckol llamaban al “voto parejo”, “en cascada”, ante la evidencia de que el momento de solicitar el sufragio por AMLO parecía menos relevante ante el avance arrasado de simpatías que era medido y percibido, Clouthier, con dos hermanos en opciones distintas a Morena, prefirió promover “el voto de conciencia”, es decir, el voto diferenciado o, abiertamente, el voto cruzado.
Para muchos actores políticos estatales y nacionales, a regañadientes de la instrucción de respaldar a los candidatos distintos de AMLO, Clouthier se convirtió en una heroína del librepensamiento.
Para todos los demás, urgidos de acompañar su crecimiento con el beneficio de la simpatía popular por AMLO, la heroína era Polevnsky.

Morena necesita fortalecer su construcción interna, mientras en los próximos meses los liderazgos locales van definiendo sus referentes estatales o nacionales, y van dejando claro quién es el eje de las decisiones en cada caso.
La necesidad política de Morena y del gobierno de AMLO de iniciar con todo empuje un Gobierno “que deberá hacer en un sexenio lo que normalmente se hace en dos”, según expresión del tabasqueño, empujará la decisión de recambiar el partido al menos hasta después de 15 meses.
Además de los responsables de gabinete y gabinete ampliado y en curso de la precisión de los perfiles, un liderazgo y un partido estables son centrales.

Aunque el congreso del 19 de agosto desahogará también modificaciones estatutarias-base de la propia decisión sobre la dirección nacional; procedimientos para la renovación de los órganos de dirección; algunos relativos a las Comisiones Nacional de Honestidad y Justicia y Nacional de Elecciones; la creación del Instituto Nacional de Formación Política y un plan de acción de respaldo al nuevo Gobierno en materia de austeridad, la clave del congreso es el mantenimiento del liderazgo actual.
@guerrerochipres