Foto: @joluarfa/Twitter La UNAM conoció a Carlos en 2015, a punto de cumplir nueve años de edad, cuando se aventuró, cursó y concluyó módulos en dos diplomados  

Con el primer alumno de 12 años de edad en una licenciatura de la UNAM, se abre un capítulo de inclusión en la vida universitaria. Carlos Antonio Santamaría Díaz es le primer niño estudiante de esta casa de estudios, en la mañana del 6 de agosto, iniciará su semestre en la Facultad de Ciencias (FC), y seguramente será el único alumno que vaya de la mano de sus padres hasta la puerta del aula.

 

La UNAM conoció a Carlos en 2015, a punto de cumplir nueve años de edad, cuando se aventuró, cursó y concluyó módulos en dos diplomados: uno sobre química analítica; y otro en bioquímica y biología molecular para la industria farmacéutica, que imparte la Faculta de Química, en el Centro de Ciencias Genómicas (CCG) y en el Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM), en donde cursó algunas materias, e hizo prácticas por separado.

 

Carlos fija la mirada mientras toma su credencial membretada entre el pulgar y el índice con su número de cuenta, asignado al igual que los demás. Imagina los primeros pasos en la licenciatura de Física Biomédica, también de las carreras más jóvenes de la Universidad Nacional, a la cual llegó tras lograr 105 aciertos en el Concurso de Selección de Ingreso al ciclo escolar 2019, como cualquier aspirante, sin concesiones ni venias.

 

“Sólo quiero estudiar; si me cierran las puertas, me meteré por las ventanas. Me gustaría encontrar más niños como yo, ayudarlos con lo que no les deja hacer la primaria o la secundaria, decirles por dónde pueden ir para seguir aprendiendo, porque nunca se debe parar”, señaló el pequeño universitario.

 

La mayor dificultad para llegar finalmente a las aulas de la Facultad de Ciencias, recordó, es “que mis papás convencieran a las personas de que me dejaran hacer los exámenes de secundaria y bachillerato, porque decían que seguramente era puro cuento”.

 

Carlos y sus padres Arcelia Díaz y Fabián Santamaría viven ahora en Cuernavaca, a unos pasos del Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de la UNAM campus Morelos, en donde este niño de excepción hizo una estancia semestral.

 

DAMG