Foto: @Juli_Frontera/Twitter En McAllen, las abuelas de todo el país participarán en una jornada 24 horas de acción  

DALLAS.-  Un grupo de abuelas en Portland, Oregon, en la costa del Pacífico y otro en el este, en la ciudad de Nueva York, iniciaron hoy las primeras caravanas, de una serie que conducirá a abuelas de todo el país a reunirse el 6 y 7 de agosto próximo en la frontera de Estados Unidos con México para protestar contra la política migratoria del presidente Donald Trump.

 

La protesta marcará la primera movilización nacional del grupo Grannies Respond/Abuelas Responden, constituido en fecha reciente como respuesta a la crisis humanitaria causada por la política de tolerancia cero en inmigración, que entre abril y mayo pasado provocó la separación de miles de familias migrantes detenidas tras cruzar la frontera en forma ilegal.

 

Grannies Respond/Abuelas Responden comenzó como un grupo local de mujeres de Beacon, Nueva York, que querían “ir a la frontera y simplemente hacer algo”.

 

En unas pocas semanas, el grupo se ha convertido en un movimiento nacional de cientos, si no miles, de abuelas en todo el país que se alistan a viajar a la frontera “para traer compasión, sentido común y decencia humana al debate sobre inmigración”.

 

Las caravanas se están formando en varias partes del país, desde Florida hasta California, para reunirse en McAllen, Texas, el 6 de agosto “tratando de llevar un mensaje de amor y compasión a este sombrío debate político”, explicó la organización en un comunicado.

 

En su camino a la frontera, las diferentes caravanas se irán parando en las ciudades y aprovecharán para realizar demostraciones públicas, vigilias y cantos con organizaciones locales de derechos de inmigrantes, interreligiosos y otros grupos activistas

 

En McAllen, las abuelas de todo el país participarán en una jornada 24 horas de acción, que incluirá mítines, vigilias y voluntariado con grupos locales.

 

“Las abuelas a menudo le enseñan a sus hijos y nietos moralidad y les dan un sentido del bien y el mal”, dijo Roya Salehi, una de las fundadoras de Grannies Respond/Abuelas Responden.

 

“La forma cruel e inhumana en que se trata a los niños inmigrantes y sus familias es errónea e inmoral. No podemos quedarnos quietos y ver a los niños siendo arrancados de los brazos de sus madres y padres. Los niños no pertenecen a jaulas y campos de internamiento. Estas prácticas pueden causar daños irreparables a los niños”, afirmó Salehi.

 

“Tenemos la obligación moral de actuar. Estamos viajando a la frontera con un mensaje simple: reunir a las familias, detener la detención familiar y tratar a todos los seres humanos con respeto y dignidad”, externó.

 

DAMG