Rodolfo Angulo Este libro no es para mujeres, es para todas las personas que están en busca de la libertad; y en la historia estamos acompañando a la protagonista en su viaje hacia la libertad: Teresa  

¿Qué tan fácil te encuentras con el amor de tu vida?

Ese con aquel que estas destinado a deambular por las calles el resto de los días, quien se ríe de tus malos chistes y juntos forman un equipo que perdure por siempre, todo esto antes de los 25. Nunca, esto ya no se usa. Ahora le das like a una foto de alguien que no te dice nada.

Capricornio, maestra de yoga, ex maquillista profesional y como ella se define “hippie-chic”, Teresa Zaga-Cohen se quita las etiquetas con La Matchbreaker, las cadenas y las presiones que una mujer está “destinada” a cumplir.
“Este libro no es para mujeres, es para todas las personas que están en busca de la libertad; y en la historia estamos acompañando a la protagonista en su viaje hacia la libertad”, comentó Teresa.

Cabello chino y voluminoso, dueña de una voz decidida y que recorre la ciudad con un par de tennis coloridos cuenta como es la lectura de su libro, una plática de tú a tú con Teresa, la protagonista que se va en busca de marido a Nueva York, pero un amor que se encuentra de etiqueta, con casamenteras y dólares.

A rastras y presionada por cumplir el sueño de su familia, verla de blanco y caminando con esos tennis al altar, contratan un servicio que te garantiza encontrar al indicado. Una membresía en la que escribes con lujo de detalle, todas las cualidades que debe tener tu príncipe azul; desde el físico hasta qué comida y entretenimiento debe gustarle. ¿Fácil como cualquier red social? Teresa nos lo cuenta.

¿En el libro, cómo tejiste tantas historias en una?
-Aunque parecería que todas son historias cortas, se buscó que todas tuvieran un cierre y poder pasar a lo que sigue, sabemos que es una novela. Los personajes que salen al principio no regresan; estamos en un transición de personajes que se asemejan mucho al tránsito acelerado que hay en una ciudad como Nueva york, como la Ciudad de México, donde conoces personas rápido que se desvanecen. La idea del libro es recrearlo.

¿Las personas son desechables?
-Sí, aunque no me gusta el término. Yo pienso que estamos viviendo en tiempos muy ambiguos; por un lado queremos conectar y por otro, nos urge desconectar; preferimos estar en una pantalla que estar en un encuentro persona con persona. Nos falta presencia.

¿Problema millenial?
-La gente que es más grande dice “no, es que hay falta de compromiso…”; no, sí hay compromiso, lo que creo es que estamos buscando nuevas formas de comprometernos. Ahora, ¿se ha perdido la conexión? Quizá. No creo que seamos desechables, pienso que la telefonía y los medios que tenemos de comunicación no ayudan, porque hay mucha oferta, lo que hablamos del swipe, como tinder, match y todas esas aplicaciones.

¿Cómo es Teresa, el personaje?
-Teresa, nuestra protagonista, se ve inmiscuida mucho en esa problemática, la tradición. Sobre todo yéndose a una matchmaker profesional, versus la hipermodernidad, con el swipe en el ecosistema que representa Nueva York, la oferta más grande del mundo en cuanto a todo. Es muy interesante ver esa opción, ver como se cuestiona. Creo que todo el libro es una invitación a que todo el mundo se cuestione.

¿Cuál es tu forma de romper el paradigma?
-Diciendo “esta es mi vida y yo la vivo así”. Para romper hay que estar dispuestos a sacrificar. Yo sacrifiqué todo, la historia no es necesariamente autobiográfica, es autoficción. Hay mucho real y mucho que es ficción, había que darle al personaje mucha más contundencia de la que yo tengo. Para mi ella es una inspiración.

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