Una vez pasada la elección, a partir del lunes 2 de julio poco a poco se han ido dando a conocer detalles de algunas de las propuestas de campaña del virtual Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en distintos ámbitos. En materia económica, parte toral de los anuncios hechos hasta el momento han estado encaminados a dar confianza a los mercados y no crear sobresaltos; por ejemplo, se ha reiterado que la autonomía del Banco de México será respetada, así como la libre flotación del peso. De la misma forma, se ha dado un voto de confianza a los actuales funcionarios encargados de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a los cuales se incorporarán los futuros responsables durante las siguientes rondas de negociación, y se ha dicho que los precios de las gasolinas sólo se actualizarán conforme al índice inflacionario, entre otros puntos.

 

Un tema que no ha sido todavía detallado, pero que también formó parte de las propuestas de campaña, es el relativo a los precios de garantía que propuso el entonces candidato para los productores del campo. Dicha propuesta generó polémica, por decir lo menos, desde que fue presentada, ya que implicaría volver a esquemas que –junto con la idea de lograr la autosuficiencia alimentaria– fueron intentados en el pasado y fracasaron por su elevado costo y por las múltiples distorsiones de mercado que generaron en la estructura productiva del campo.

 

La idea detrás de los precios de garantía consiste en ofrecer a los productores un precio mínimo que les permita obtener un pago mayor por unidad de producto vendida que el que obtendrían en condiciones de mercado; así, si el precio de mercado es inferior al precio de garantía, el gobierno le otorga al productor un subsidio equivalente a la diferencia entre el precio de mercado y el precio de garantía establecido. El problema principal con este tipo de esquemas es que distorsiona las señales del mercado y termina favoreciendo cultivos que de otra manera no necesariamente serían rentables. De acuerdo con la propuesta de campaña, se establecerían precios de garantía al menos para la producción de maíz, trigo, soya, frijol, arroz, sorgo y lácteos.

 

Como en algún momento señaló un asesor en materia agropecuaria del candidato, si lo que se busca con los precios de garantía es asegurar un mayor ingreso a los productores, en particular a los pequeños productores, los cuales representan la mayoría de las unidades productivas en el campo y que son las que mayores problemas enfrentan, existen otros instrumentos de política que permitirían alcanzar el mismo objetivo, a menor o igual costo, pero sin las distorsiones que provoca la rigidez que introducen los precios de garantía. Por ejemplo, se podrían otorgar subsidios a los pequeños productores (independientes u organizados, por ejemplo, en cooperativas), al mismo tiempo que se les brindan apoyos en especie y transferencia de tecnología para elevar su productividad. Igualmente, se podría incentivar la asociación y cooperación entre pequeños productores (esto implicaría cambios para el sector en materia de competencia económica) para mejorar su poder de negociación frente a la industria agroalimentaria y poder vender sus productos a mejores precios. También se podrían apoyar con coberturas de riesgos y esquemas temporales para estabilizar el mercado (cuando por la temporalidad de los cultivos o la producción se crea una sobreoferta) y así evitar caídas bruscas en los precios y en sus ingresos. Algunos de estos instrumentos son, de hecho, utilizados exitosamente por nuestros principales socios comerciales (Estados Unidos y la Unión Europa).

 

El renovado interés por el campo es bienvenido y una buena noticia para nuestro país; sin embargo, elevar los ingresos de los productores para mejorar y garantizarles un mejor estándar de vida, requiere no solo del entendimiento puntual del funcionamiento de los mercados agropecuarios, sino de políticas innovadoras que rompan tanto con dogmas económicos como con las viejas recetas que han mostrado su ineficacia.

 

 

Jorge L. Velázquez Roa

@JorLuVR

 

NCG

Consultor internacional en materia económica, política y de políticas públicas con más de 20 años de experiencia en temas regulatorios, de competencia, comercio, finanzas públicas y buen gobierno....