Foto: Reuters Zdravko Mamic y su hermano fueron condenados a seis años de prisión por malversación de fondos, aunque la condena deberá aguardar visto que se encuentran en Bosnia  

Hoy la Selección de Croacia vive un sueño que roza lo utópico, pues hace menos de un año estaban inmersos en una crisis que arrastraron por meses y que antes de iniciar la Copa del Mundo, no se esperaban grandes expectativas del representativo que ahora está en Rusia.

 

El proceso que vivió Croacia después del Mundial Brasil 2014 no fue nada sencillo, ya que directivos e incluso jugadores se vieron envueltos en casos de corrupción. El más sonado es el del ex hombre fuerte del futbol croata, Zdravko Mamic, quien fungió como presidente del Dinamo Zagreb y que vendió a jugadores a equipos extranjeros sin dar a conocer el traspaso con claridad, uno en especial, el que ahora es la figura de Croacia en Rusia: Luka Modric.

 

Davor Suker, la máxima figura del balompié croata fue reelecto hace un par de años para seguir al frente de la Federación de Futbol de Croacia, sin embargo, en el país balcánico muchos consideraron que Suker era un títere de Zdravko.

 

Zdravko Mamic y su hermano fueron condenados a seis años de prisión por malversación de fondos, aunque la condena deberá aguardar visto que se encuentran en Bosnia.

 

El inicio del camino rocoso

 

La Euro 2016 fue el punto donde la estabilidad del futbol croata comenzó con los grandes problemas. La fase de octavos de final fue la fase en la que se despidieron tras caer con Portugal. Las dificultades siguieron en las eliminatorias rumbo a Rusia 2018, en un grupo en el que Islandia sorprendió al ganarlo y calificar a su primera Copa el Mundo, los balcánicos tuvieron que hacer de todo para evitar la hecatombe.

 

Ante Cacic fue cesado en plena eliminatoria y con un alto riesgo de que Croacia quedara fuera del Mundial. Dalic atendió el llamado de emergencia y se jugó en partido el pase a la justa veraniega. Un triunfo de visita en Ucrania lo instaló en el repechaje. El sufrimiento disminuyó, pero la tensión siguió hasta disputar el boleto ante Grecia.

Croacia no puede ser más que un ejemplo de perseverancia en el aspecto deportivo, además con una dignidad admirable, pues a pesar de que el futbol de su país no está en una situación agradable, sus representantes en el Mundial le han dado la alegría más grande hasta el momento en su joven historia como nación, sí, en medio de una grave crisis que espera ser resuelta.

 

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