Foto: Especial Perla Guadalupe, Ana Victoria y Paloma Topacio desarrollaron el método para obtener una biopelícula de almidón, a través de la sonificación/exposición al sonido de semillas de aguacate hass  

A partir del hueso de aguacate, estudiantes universitarias desarrollaron un bioplástico que podría ser utilizado para elaborar desechables, innovación con la que ganaron el primer lugar del concurso realizado por la Academia Mexicana de Investigación y Docencia en Ingeniería Química.

De acuerdo con las universitarias, es la primera vez que se intenta utilizar el hueso de aguacate para estos fines, además de que resiste los líquidos calientes, y puede servir para diseñar material quirúrgico para el cuerpo humano, señalaron las alumnas de Ingeniería Química de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Al ser de Uruapan, Michoacán, primer productor de aguacate a nivel mundial, Perla Guadalupe Castro García comprobó cómo se desperdicia el residuo del aguacate, en especial el hueso.

Para aprovecharlo, junto a sus compañeras Ana Victoria López Hernández y Paloma Topacio Escobedo León desarrollaron el método para obtener una biopelícula de almidón, a través de la sonificación/exposición al sonido de semillas de aguacate hass.

Como sustituto del plástico en la fabricación de popotes, bolsas, platos y vasos desechables, el bioplástico se diferencia del polietileno, que tarda cerca de 500 años en desintegrarse, en que se deshace en 300 días, lo que aumenta la posibilidad de comercializarse.

Al ser biocompatible con los organismos vivos, también serviría para la fabricación de material quirúrgico, y podría introducirse en el cuerpo humano o animal, como en prótesis agujas, aparatos que ayuden al funcionamiento de los órganos o en su uso en hilo para suturar.

Con la asesoría del doctor Salomón Vásquez García, y la doctora Nelly Flores Ramírez, de la propia universidad, precisaron que buscarán sea patentado, cuando concreten el perfeccionamiento del método de extracción de esta película y de la reticulación o aglomeración de las moléculas de la misma.

Aunque los bioplásticos son hasta 40 veces más caros que el plástico sintético, el reto de esta innovación será lograr que los costos sean similares. En una siguiente etapa, prevén fijar una vinculación entre la universidad y empresas que producen desechables para desarrollar productos desde esta película.