En una semana, algunas de las propuestas que enarboló Andrés Manuel López Obrador, candidato de Juntos Haremos Historia (Morena, PES y PT) y virtual Presidente electo, durante la campaña electoral, han sido matizadas por quienes se prevé formarían parte de su gabinete de gobierno.
En primer lugar, en la campaña aseguró que el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) se cancelaría o, en el mejor de los casos, se daría a la iniciativa privada (IP) para que fueran ellos quienes invirtieran, en lugar del Estado.
La semana pasada, quien ocuparía la titularidad de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, afirmó que si bien aún no se define el futuro del proyecto, la cancelación y participación de la IP siguen siendo posibilidades vigentes, pero también que continúe como está proyectado.
Además, desde la precampaña, en diciembre de 2017, López Obrador se comprometió con el magisterio nacional, incluidos maestros del Sindicato (SNTE) y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), a que a su triunfo se cancelaría la “mal llamada reforma educativa”.
La calificó de farsa y de ni siquiera ser una reforma educativa, porque no tiene nada que ver con mejorar la calidad de la enseñanza.
Sin embargo, Esteban Moctezuma, propuesto para la Secretaría de Educación Pública (SEP), informó este fin de semana que habrá una consulta y que la reforma educativa será derogada una vez que se tenga un “nuevo fundamento jurídico”; sin embargo, también dijo que se conservará lo que sea útil al aprendizaje, así como la evaluación a los maestros.
En el sitio oficial del virtual candidato electo, puede encontrarse que desde 2013 proponía no aumentar los impuestos y un plan de austeridad, y en su primer discurso la noche del 1 de julio recalcó esa promesa de campaña; pero también acotó que esto sería en términos reales, es decir, sí aumentarán, pero con base a la inflación.
Análisis
El académico y experto en análisis político de la Universidad Panamericana, Ramón Morales Izaguirre, expresó que la retórica de todos los candidatos, “desde Obama hasta Andrés Manuel, sería extremadamente impopular si fuera muy sincera, técnica y objetiva, porque lo que se busca es generar esperanza en el elector”.
Sostuvo que los cambios en los argumentos de los políticos es completamente normal, aunque todavía falta por ver la instrumentación que hará el tabasqueño una vez que comience su gobierno.
Morales Izaguirre resaltó que, a una semana de que López Obrador ganó las elecciones, es muy prematuro hacer un análisis de variaciones en sus propuestas, porque ni siquiera es aún Presidente electo.
“Creo que sí hay que darle el beneficio de la duda de que busca implementar los aspectos de las reformas que son más positivos; por ejemplo, en el caso de la reforma educativa mantener la evaluación de maestros como mecanismo para la profesionalización”, estableció el académico.
aarl