Escribo este artículo a unas horas de que inicie la jornada electoral del 1° de julio en México, por lo tanto, todavía no se sabe si Andrés Manuel López Obrador (AMLO) resulte ganador de estos importantes y trascendentales comicios, tal como lo sugieren las encuestas. A juzgar por sus ideas, filias y fobias expresadas en diferentes lugares y tiempos, AMLO representaría –de resultar electo– un cambio sustancial en el modelo económico seguido hasta ahora y desde hace más de tres décadas, lo cual ha generado cierta preocupación y nerviosismo entre diferentes sectores de la población.

 

En las últimas semanas mucho se hablado acerca de si los mercados ya descontaron un eventual triunfo de AMLO en las elecciones del domingo. Ello a raíz de que el nerviosismo registrado, principalmente en el mercado de valores y el mercado cambiario, pareciera obedecer más a factores externos, tales como la guerra comercial emprendida por el Presidente de Estados Unidos con diversos países y regiones, incluyendo México, así como la inacabada renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que a factores internos relacionados con la incertidumbre propia de las elecciones. En este sentido, los agentes económicos estarían dándole al candidato el beneficio de la duda respecto a lo que verdaderamente hará y, sobre todo, anticipan que el nuevo gobierno empezará a funcionar en diciembre de este año con un presupuesto diseñado esencialmente por los actuales funcionarios hacendarios y, por ende, los cambios que se introduzcan a la política económica se reflejarán hasta el próximo año (2019).

 

Por lo tanto, si bien en el corto plazo no se esperan mayores sobresaltos desde el punto de vista económico, los mercados empezarán a reaccionar una vez que se confirme al ganador y se empiece a observar su comportamiento y sus declaraciones. Esto será particularmente cierto si este lunes 2 de julio se confirma la victoria de AMLO, ya que a pesar de que en este proceso electoral ha moderado sus posturas y ha expuesto sus propuestas en materia económica (ver su Proyecto de Nación 2018-2024 y el documento Pejenomics: hacia una economía para todos), también es cierto que el sello de la casa que ha caracterizado su campaña electoral ha sido el lanzar propuestas (el “qué”) sin entrar en los detalles y, la mayoría de las veces, sin especificar los medios (el “cómo”). Como señala un artículo del Financial Times publicado la semana pasada y que hace referencia a sus propuestas de políticas, “muchos detalles siguen siendo confusos” y por lo tanto hay más interrogantes que certezas en sus propuestas de gobierno.

 

En otras palabras, si por el momento los agentes económicos han descontado por anticipado una posible victoria electoral de AMLO, esta relativa calma podría cambiar de suerte una vez que se conozca el resultado y se vayan detallando las políticas y el modelo que efectivamente pretenda implementar. Una vez pasada la euforia electoral, los mercados y los inversionistas estarán expectantes. En el mediano y largo plazo, el efecto AMLO sobre los mercados y sobre nuestra economía sigue siendo incierto.

 

Jorge L. Velázquez Roa

@JorLuVR

Consultor internacional en materia económica, política y de políticas públicas con más de 20 años de experiencia en temas regulatorios, de competencia, comercio, finanzas públicas y buen gobierno....